miércoles, julio 26, 2006

Pesadillas

Me he pasado la noche sufriendo. Nada nuevo, soy la mujer de las pesadillas. Hace muchos años que me acosan pero muchas veces no las recuerdo.

Descubrí que eran mis compañeras hará 14 años. Mi ex pareja me decía por las mañanas: "Eres un alma atormentada". A mí me sorprendía mucho pero no sabía de qué me hablaba. Me levantaba deslomada, más cansada y dolorida que cuando me acostaba pero desconocía el motivo. Rara vez podía despertarme. Así que, en mi vida cotidiana, estaba fatigada, muy nerviosa y ansiosa sin conocer el motivo.

Ahora se escalan más o me entero menos. Pero a estas horas estoy presa de la ansiedad que unos rumanos me han provocado metidos en mi coche, la proverbial bronca que me monto con mi madre últimamente cada vez que me acuesto y la necesidad de explicar que ésta es "mi" cama (en casa de mi madre, cosa que no me gusta ni pizca, yo soy de las que no vuelve al nido si puede evitarlo).

Desde que tengo uso de razón, la violencia ha estado cerca de mí. Afortunadamente, ya no es así, me he apartado de ella como de la peste. Sin embargo, las heridas de la infancia y juventud no se borran así como así. Creo que nunca desaparecen. Ya raramente ocurre pero, hace unos años, gritaba con voz infantil llamando a "mamá", presa del pánico.

Solía pensar que la última etapa de mi vida era una pesadilla y que algún día despertaría también. Pero pasaba (o pasa...) el tiempo y no recupero la consciencia ni mi vida "normal". No acabo de encontrar la paz, que es todo y nada menos, a lo que aspiro. No conmigo misma, ésa la tengo. Pero con el mundo está más difícil.

En ocasiones, parece que seguir adelante es una carrera de obstáculos sin objeto. Claro que siempre aparece algo que nos motiva pero cuando corres durante mucho tiempo, como es mi caso, resulta agotador.

Hace unos días, alguien que me conoce hace muy poco hizo lo que acostumbra a hacer la mayoría de la gente con poca vista y mucha osadía: ponerme una etiqueta. No debería importarme, en realidad no me importa. Pero mi naturaleza rebelde está cansada de escuchar a personas _que nada saben de mí más que lo que me da la gana de proyectar_ que saben quién soy y, claro, nunca salgo muy bien parada.

La última tontería que me han dicho es que soy una gran actriz ¡Ja! Ésta es buena porque nadie había tenido tanta presunción nunca. Hasta se ofreció a enviarme un perfil psicológico. Mi compañero de piso y yo se lo pedimos con fruición, para poder reírnos a gusto, pero parece que no nos lo va a mandar...

Éste es de los que, sin saber absolutamente nada de ti y conociéndote de fiesta, te dice que te caló al segundo día. Probablemente porque hay cosas de ti que le hacen sentirse amenazado (a través de alguien que le importa...) y porque tiene poquita vista. Si algo me dice la experiencia, es que las personas tenemos muchas caras. No necesariamente falsas. Simplemente, en función de las personas y las circunstancias muestro la que considero oportuno... o me da la gana. Así que son poquitos aquellos que conocen mi parte más tierna (por mi propio bien) o mi papel de madre y no de chica divertida y ruidosa. No es una careta pero sólo es una de las caras de esta moneda poliédrica en que la vida nos va convirtiendo.

A veces creo que mi principal pesadilla es que la gente que no ve más allá de sus narices tenga la osadía de afirmar que me conoce. Que las personas que me interesan, no me vean. Que me juzguen sólo por las apariencias. Que me haya convertido en una experta en esconder el corazón para no salir malherida.

Y la peor de todas descubrir que, escondiendo mis sentimientos y mi esencia, estoy haciendo lo correcto.

Así funciona el carnaval de la vida.

6 comentarios:

Luissi dijo...

Pero no te das cuenta que ni siquiera juzgan por las apariencias, juzgan por sus intereses, y toman de lo que han visto aquello que les conviene.
Si todavia alimentan intereses, ven aquello que los confirma y justifica, y si sus intereses han sido adecuadamente vapuleados lo que les excusa y vuelve a justificar, frente a si mismos y frente a los que creen espectadores
Cuanto más agresivos, cuanto más proyectan hacia afuera, mas invasivos tambien sus juicios (porque mira, si no les gusta y se lo guardan, no problemo)

Ya podian tener la suerte de ver tu lado tierno, que no es eso
Si quisieras acallarlos, solo tienes que dejarles creer lo que les apetece y se sentirán ufanos y hasta magnánimos. No se lo merecen :P

New-Moni dijo...

Creo que cada uno tiene una llave para abrir las puertas de los otros...

La llave cambia de forma, según quién tengamos enfrente...

Puedo presentarte a muchas personas que consideran que soy un ser "alado", y a otras tantas que juran que soy el reflejo de la "maldad"...

Es que ante un mismo evento, si hay 10 personas que lo observan, cada uno dirá que sucedió algo diferente, y siempre depende de sus propios "decodificadores"...

Ninfa, he aprendido que YO SOY... simplemente eso... YO SOY, independientemente de lo que los demás piensen de mí!!!

Me encantó tu post! Me gusta mucho leer cosas que me ayudan a pensar y crecer!

Abrazoooos desde aquí!

New-Moni dijo...

PD:

Te agregué a mis links, espero no te moleste!

Anónimo dijo...

Os envidio a los afortuinados que sóis capaces de recordar los sueños, aunque sean pesadillas...yo no consigo acordarme de nada, sólo en contadas ocasiones de mucho estrés, ...pero muy pocas veces!

Chica no le des más vueltas, gente "rara" hay por doquier, y con el anonimato de este medio de comunicación, pues muchos más...

un bico,

santibichos

ninfasecreta dijo...

Las pesadillas no son nada agradable ni para tener ni para recordar, bichito!

Moni, yo ya te agregué a mi blog, jajaaa! Espero que no te moleste. A mí me halaga que agregues el mío. Gracias

ninfasecreta dijo...

No le conoces, Sol. Es el amigo de un amigo...