jueves, junio 29, 2006

La vista gorda

He vuelto a ver el telediario, a leer los periódicos, a intentar dejar de ser una seta intelectual.
Es que mi paso de más de una década por el periodismo me dejó tan aburrida, desilusionada y demás, que acabé por meterme en una premeditada burbuja de ignorancia. Atrás quedaron los años en que ´_siendo responsable de la sección de Nacional e Internacional_ veía el parte de las 2 de la mañana aterrorizada descubriendo que se me había escapado éste o este otro tema. Sabía lo que venía al día siguiente: crucifixión y muerte.
El periodismo es como la vida misma. Por muy bien que lo hayas hecho todo antes, el día que patinas, todo eso se olvida y te comen viva. Igualico, igualico que el día a día vital.
Veo al Roca and company recontraforrados y resulta que, en este puñetero país, ningún organismo judicial había caído en tanto derroche de riqueza.
Y he sido mala, como siempre, cuando me he enterado del asunto de la mujer ésta que se murió de un infarto tras el registro de su casa. He pensado: "Qué lista, señores, vivir a todo trapo y, cuando se te arrima la cárcel, al otro barrio sin sufrimiento". Yo casi hubiera firmado. Siendo una pringada siempre he firmado por el infarto... Eso sí, cuando deje a mis hijos forrados. ¡Qué coño!
¿Y Aznar, que cobra 10.000 euros como consejero de no sé que empresa (creo que yanky) y se le olvidó comentarlo? Hombre, yo creo que el muchacho dice la verdad. Una vez que estuve de baja me olvidé de poner los mil euros de mierda que había cobrado (porque los desgraciados de la Mutua no me mandaron la notificación). Pues Hacienda me penalizó, claro, y me abrió expediente. Claro, si se me hubiesen despistado 120.000 eurazos sería diferente. Porque cuando uno está forrado, estas cosas se le pasan... ¿Verdad?
En realidad, como veis, sigo divagando esperando que mi vida dé un giro radical. Estoy en ello pero el milagro se hace esperar. Lógico, la lista de anotados al milagro somos millones (Gracias a Dios que los ateos no creen porque, si no, me da que las alturas iban a pasar de mí como Hacienda). Puestos a pedir milagros me apunto a la moda de pedirme un Ken como el de la Barbie, con pasta, belleza y que me mantenga. Yo intentaré mantenerme igual pero ¡Podría ahorrar!

domingo, junio 25, 2006

Sí, poco convencional. ¿Y qué?

La pregunta del millón: ¿Por qué me autocalifico comopoco convencional, me preguntan propios y extraños?
Porque huyo de los rigores morales, porque no me preocupa lo
que puedan pensar de mí, porque si me gusta alguien no tengo
problemas en dar el primer paso y los que haga falta.

Porque, con la edad, he descubierto que lo que la gente
llama modestia (ese hacerse de menos porque es políticamente
correcto) es un estorbo y una falsedad. Yo digo quién soy,
para lo bueno y para lo malo. Tengo la autoestima alta
porque no tengo abuelas, ni marido, ni buenos hermanos ni
can que me ladre. ¡Así que yo me lo digo todo! Y feliz
como una perdiz, oiga.

Porque considero la vergüenza un estorbo que he expulsado de mi vida. No la quiero ni para el sexo ni para la vida. El pudor, todo, y espero no recuperarlo nunca jamás.

Porque cuando me separé descubrí que era capaz de hacer
miles de cosas por mí misma, que no necesito un hombre en mi
vida (aunque me gustaría encontrar el amor, como a todo
Dios, lo que pasa es que me parece harto improbable), que si
quiero amor lo tengo en mis amigos y mis hijos, si quiero
sexo, lo tengo en los hombres que me parezca, si quiero una
relación... Eso es más jodido, más que nada porque hacer que funcionen es tan difícil como estúpido el modo en que las estropeamos...

Porque respeto personas y profesiones que el mundo rechaza y
rechazo a personas y profesiones que el mundo honra. Porque
quiero a mis amigos (mi verdadera familia elegida) tanto
como a mí misma. Porque me gusta volar en libertad, provocar
con lo que digo, escandalizar, reírme de mí misma con todos
los desastres que me pasan.

Porque no dejo que el miedo me paralice. Porque, a pesar de
muchísimas cosas que no viene a cuento explicar, sigo
viviendo, sigo divirtiéndome, sigo divirtiendo y sigo
esperando milagros (aunque me encanta negarlo).

Hoy estoy atacada de los nervios esperando ese milagro que puede producirse mañana (aunque sigo negándolo). Si mañana hay milagro, escribiré sobre lo bello que es vivir. Si no se produce, utilizaré el valor terapéutico del taco para expulsar toda la bilis que pueda pero me temo que el diccionario se me quedará pequeño.

En fin, "me voy. Qué lástima pero adiós". Puede ser que yo también me merezca lo que tengo pero, como Julieta Benegas, tampoco lo quiero y por eso, no sé adónde, pero me iré.

viernes, junio 23, 2006

Desorden y caos

Pues llevo todo el día pensando en escribir. Un milagro, vamos. Especialmente porque tengo tantas cosas que echar fuera y, al mismo tiempo, nada que contar que me agoto sólo de pensarlo. Encima me duele la cabeza. Estupendo.

La verdad es que le dado muchas vueltas a cómo y sobre qué plantear este blog. Viendo los de los otros avezados y más experimentados blogueros, observo que existe una clara tendencia a tener un carácter personalizado, casi autobiográfico.

A veces me dan arrebatos de hacer una novela por entregas. La de mi vida, sin ir más lejos, deja la Pasión de Gavilanes en "Efervescencias de patitos" (salvo en el caso de Juan Reyes _que tan bien me va con el nombre y la fisonomía_ porque no he catado y temo que no cataré tan suculento bocado en ninguna de mis vidas venideras).

Empiezo a tener deseos de seguir el camino de huída de un Orkut que, si no fuese por la presencia de algunas estupendas amigas/os, es cada día más aburrido y atestado de simpleza. Esto me ha quedado muy de algunos de mis más sonados detractores. En fin, ya se sabe. Todo se pega, menos la belleza.

Y me encuentro con tantas ganas de transmitir, de contar, que estoy en blanco.

A lo mejor el hecho de que mi ex maridito, en el paro, sin un duro y mantenido por su nueva churri, haya tenido la idea de ser padre DE NUEVO me altera las escasas fuerzas que conservo. O sea, que va a por el tercero porque se va a convertir en un escritor famoso y su compañera lo mantendrá esperando a que el genio que tiene en casa se haga famoso... Ej queee, de verdad, la locura de algunos no tiene parangón.

Sigo embebida en este sinvivir del paro. Me encuentro mirando a la gente por la calle o en sus trabajos con absoluta envidia y admiración. "Tienen trabajo", pienso. Como lo cuento. Da igual que hagan. TIENEN TRABAJO.

Cuando compro algo tengo la sensación de dar una imagen falsa. Como si mantuviese mi estatus de profesional con contrato indefinido y profesión que "viste" (algo que siempre me ha tocado la moral porque vestir, vestirá, pero pagar... va a ser que no). Como si cada cosa que hago, como ir a la compra, estuviese por encima de mis posibilidades. La verdad es que todavía no es así pero la incertidumbre es dolorosa y mezquina. Te carcome, te paraliza, te desmotiva. Justo cuando no puedes permitirte la menor debilidad. Es así, a los parados como yo, el valor se nos supone, como en la mili.

Y me paso el día pensando en que soy la parada más rara del planeta porque me invitan a restaurantes caros, me traen estupendos vinos, vivo como antaño ¡Y no tengo ni futuro! Recuerdo perfectamente un día que estaba en casa cenando solita una peazo centolla de la ría (gallega, claro) y unos percebitos que me había traído mi no-novio. Todo aderezado con un Albariño de categoría. Me reía sola. Si es que soy rara hasta en las caídas. Una desgraciada muy afortunada.

Es tan paradójico... Bueno, tengo ganas de escribir pero las ideas desordenadas. Creo que me voy a retirar a mis cuarteles de verano y, cuando decida qué voy a contar, volver y rajar un rato.

Por mí misma. Oye, qué raro es esto de escribir gratis, jejejejee! (Y qué malo para el bolsillito).

Volveré