domingo, febrero 25, 2007

Cambios y praxis

Es el principio del fin o a la inversa. O sólo un viaje de ida y vuelta pero el momento ha llegado. Cambiaré finalmente de ambiente, desconectaré de un lugar que durante tres años me ha sido hostil y sin luz para intentar ser deslumbrada por la gran ciudad. Creo que me hace falta.

Pasé una entrañable noche de fiesta con mi primo _ese simpático chiflado que siempre me recuerda que, de no ser su prima, jamás saldría indemne de sus fauces..._, mi compi y su amiga y un amiguito que tenía por ahí. Es de esas noches que sales sin grandes expectativas, casi arrastrada por unos y otros y luego te lo pasas de cine. Cómo no, me dispuse a dormir a las ocho de la mañana, me despedí de una de mis hermanas con lágrimas en los ojos _ambas aunque yo disimulo mejor_. Mis niños me ayudaron a elegir un par de maletas nuevas (una verde metalizado y otra azul claro para contentar a todo el mundo), tuve el consiguiente rato de mal rollo con mi ex, que prefiere que le pague 160 para llevar a los niños en autobús a que le preste el coche y se haga cargo de la gasolina. Por último y por supuesto, procedo a posponer el coñazo de hacer la maleta.

Me voy con la pena de no haber visto a mi prima justo antes de marcharme pero tampoco me mudo a Tombuctú.

Conservo una agenda interesante para tener visitillas cuando regrese e intento hacerme una nueva para no comer sola y cenar sola todos los días. Eso sí, todos mis amigos que van a Madrid periódicamente han prometido visitarme (¡Espero que cumpláis, malditos!) y tengo la impresión de que mi vida laboral va a ser tan intensa que no tendré mucho tiempo para otras tonterías, de lo cual casi me alegro. Aunque para darle una alegría al cuerpo siempre me las arreglo bien, afortunadamente. El alma es otra cuestión, está claro que lo idóneo es aparcarla. Vivo más tranquila cuando soy un hombre casi al cien por cien...

Tal vez no pueda escribir con la misma asiduidad por no tener internet en casa o porque esté deslomada pero mantendré mi cita con vosotros. Seréis mis compañeros así que os quiero a todos en fila porque pasaré lista.

Estoy en tránsito hacia mi hemisferio más pragmático y menos emocional. La emotividad da siempre mal resultado y cuando opto por la praxis, me divierto y no sufro ni padezco. Es de cajón que me gusto y gusto mucho más cuando soy más fría. Y esa frialdad es mi especialidad. Un puntito de femme fatalle y... a vivir.

Nos vemos por la capital...

4 comentarios:

Treinta y tantos dijo...

Bueno, Ninfa, disfruta mucho en mi querido Madrid, aprovecha para conocer gente y "garitos" y espero que la experiencia te aporte sólo cosas buenas.

Muchos besos!!

Pepe Castro dijo...

Ahora me has descolocao.
¿Los hombres vivimos más tranquilos porque tenemos el alma aparcada?
Sea como sea, te reitero mis mejores deseos en tus andanzas.
Mucha suerte. Un besote.

Anónimo dijo...

Querida y siempre guapísima amiga; te deseo lo mejor en el nuevo curro, procura exprimir la capital al máximo, cuando el tiempo te lo permita.
Me da algo de pena no haber disfrutado más tiempo de tu compañía; por unas cosas y por otras, vamos dejando siempre los "encuentros" para más adelante, pensando que siempre "hay tiempo", y "ese tiempo" se pasa y a veces ya no volvemos a tener otra oportunidad. No es la primera vez que me pasa, aunque espero q este no sea el caso, q me hagas un "huequito" en tu agenda y que aún tengamos muchas oportunidades para estar juntas, disfrutar y compartir los buenos momentos que nos depare la vida y, por supuesto, si los tenemos malos, poder también consolarnos...
Seguiré pendiente de ti...,no dejes de escribir!!!

ninfasecreta dijo...

Pues tristemente, en muchos casos así es. Yo creo que me voy a apuntar al carro, estoy podrida de buscar agujas en pajares...