martes, septiembre 12, 2006

Extravagancia controlada

Me encuentro mal. Físicamente hablando. Eso de la astenia otoñal y primaveral a mí siempre se me ha dado bien. Estoy de brazos caídos (lo que me dejan, claro).

Yo soy una drogadicta reconocida. Sin mi ibuprofeno 600 a go-go no soy nadie. Eso al margen de la medicación de la migraña. En realidad, Dios me ha colmado con un estómago a prueba de bomba al mismo tiempo que una mala salud de hierro. Así, aunque me paso media vida jodida, para compensar puedo preparar toda clase de cócteles pastilleros sin efectos adversos.

De hecho, tengo una amiga farmacóloga que dice que debería dedicarme a los estudios experimentales clínicos esos. Así, podrían poner: "Efectos secundarios: ninguno". Puedo mezclar cualquier suerte de porquería con alcohol porque ya estoy acostumbrada y no pasa nada. Y no me ando con chorradas. Si estoy tomando cerveza no hago la mariconada ésa de pedir un vasito de agua para luego seguir dándole. Un traguito más y solucionado.

También son coca-cola adicta reconocida. Es una de mis señas de identidad. Y además, soy una auténtica experta y purista en el tema. Pido siempre una coca-cola light de lata, fría sin hielo y que no me la sirvan. Habitualmente, el camarero se equivoca en alguna de las cosas cuando no en todas... Si cito el hielo, me lo traen y, si no, también. Luego vienen y se despachan a gusto con esa manía de echártela a lo bruto, cargándose todo el gas y dejándola intragable. Y para colmo, botellín. Vaaale, ya sé que tengo muchas manías con esto pero todo tiene su razón de ser.

Me gusta con mucho gas y más cantidad _de ahí lo de la lata y que no me sirvan_. La pido light con la lata de callos porque me gusta más, es menos dulce. Y no la pido al limón para que no me larguen del bar. Siempre pienso que me parezco a Sally, la de "Cuando Harry encontró a Sally". Ella cambiaba siempre todos los platos y le daba un mogollón de instrucciones al camarero. Yo hago algo parecido con mi coca y alguna otra chorrada más. Pero soy educadita, ¿Eh?

A mí me atrae tener mi puntito friky. Soy un pelín extravagante y me encanta. Hablo mucho, como una cotorra, provoco todo lo que puedo y procuro reírme mucho de mí misma. Tanto voy vestida normalita, como de gitana (ayer mismo parecía la criada gitana cuidando los dos payitos rubios, con una falda larga de colorines, coleta, morena perdía y eso... Lolita la Piconera), como de rompedora, como de señorita. A todo le doy por igual y no desentono de mi look momentáneo. Me encanta ir arregladísima pero, al mismo tiempo, salgo casi siempre con la cara lavada para no ser esclava de mi imagen. Al final, soy esclava igualmente de mi complejo de patito feo cuando voy de trapillo. Por no hablar de las gafas. No soporto que me vean con gafas. Pero el maldito oftalmólogo me ha dicho que las tengo que llevar unas horas al día y me ha fastidiado. Así que me hago la loca si veo algún conocido y me siento exactamente igual que Betty la Fea. Es horroroso.

Ese mismo extraño espíritu de contradicción que me hace rechazar los destinos turísticos masivos. Si todo el mundo quiere ir a Italia o a Praga, a mí se me quitan las ganas. Si el Código da Vinci de Marras está en boca de todos, pues yo no sé ni de qué va. Es mi puntillo rebelde. O petardo. No lo tengo demasiado claro.

O esa costumbre que tengo de radiar todo lo que veo en la tele. Soy el "surround" del telediario, las pelis y lo que haga falta. Es que ni me doy cuenta. Por suerte, toda las personas con las que he convivido se ríen de mi cáustica paranoia y lo llevan bien. Porque arreglo no tiene, eso lo sé yo.

Pues nada, me ha dado por contar alguna de mis manías. Supongo que cada uno tiene sus cosillas. Yo me voy soportando. Del resto no opino.

Ya se sabe, no hay como estar solo llevándose bien. Que tampoco es tan sencillo. Que conste.

4 comentarios:

Raúl Alberto dijo...

Desde luego que todos tenemos nuestras cosillas por ahí, en fin como son las manías de Ninfa me imagino que te viene bien una sugerencia de titulo, algo así como: Ninfa-manías, o pensándolo mejor Ninfomanías je je je je je un biquiño y salud…

ninfasecreta dijo...

Ainss, qué mala intención, Raúl, no esperaba esto de ti... jajajaja!!

Que no, qué manía de mezclar a las ninfas con la enfermedad mental!!!

No tengo nada de ninfómana, hombre. Yo disfruto con el sexo y ellas no,jajajajaja!!!

Y elijo, ojo!!

Anónimo dijo...

doy fe de tu adicción a la coca... cola, esta señora es lo que toma para desayunar. Ya conocía a otro coladicto, este, tenía un temblor en las manos característico, una especie de parkinson, provocado por la suculenta adictobebida. Al menos ninfa no tiene temblores (de momento :P)
lo de que habla como una cotorra y se ríe de sí misma también doy fe (aunque a tí ni se te pase por la cabeza que ella pueda parecer lo que ella dice que parece)
mola ninfa, si señor

ninfasecreta dijo...

Jajajaaaa! Gracias, Sol. No recordaba haber dado muestras de mi problemita... Es verdad, la desayuno, jajajaa!!

Tú sí que molas. Y me debes una visitaaaaa....