martes, septiembre 19, 2006

Arroz sin leche

Entre las mujeres solteras y sin pareja el asunto de la maternidad en solitario se ha convertido en tema de conversación recurrente.

Casi todas mis amigas de treinta o algo más años sin hijos parecen ya rendidas a la evidencia de que formar una familia tradicional es un sueño casi imposible. Así, están/estamos de desilusionadas. Enseguida dicen que se inseminarán y serán madres en soledad.

No deja de ser triste. Tan triste como real. Pero el hecho de que la ausencia de compromiso, el valor para crear proyectos en común y la moda de ser tan independientes como inconscientes está haciendo que las prioridades, las ilusiones y la visión de futuro cambien radicalmente.

Personalmente, no soy partidaria de la maternidad en solitario. Las chicas que hacen este tipo de afirmaciones, por lo general, desconocen las dificultades de traer un niño al mundo. No quiero ni hablar ya de hacerlo sin pareja que piense en ellos contigo. Cierto que, como señalan ellas, no existen garantías de tener "un prea" _palabras textuales_ que se vaya a quedar el resto de tu vida a tu lado y el de los niños. Yo me separé con dos críos muy pequeñitos _apenas dos y tres años y medio_ y tuve que acostumbrarme a salir adelante y convivir con ellos sin apoyo. Y fue francamente duro para los tres.

Mi ex consideraba que éste era mi punto flaco. Siempre reconocí abiertamente que yo no me sentía capacitada para tener hijos sola. Así que cuando se largó con mi coche y me dejó colgada en el pueblo dormitorio donde vivía (a diez kilómetros de mi ciudad) esperaba el estrepitoso derrumbamiento de la frágil mamá que creía que era.

Sobrevivimos. Los primeros meses con más dificultad, aún había pañales que cambiar y pataletas que censurar, pero lo hicimos.

Supongo que para estas madres en ciernes, desilusionadas ya de vivir el alumbramiento como un acontecimiento conjunto y feliz, lo será mucho más aún. Es muy difícil conciliar la vida laboral con una familia monoparental. Es caro, es desagradecido y poco valorado socialmente. Y siempre tendrán que pelear con el hecho de que la figura paterna _nos guste o no_ es un elemento necesario en la vida de sus hijos. Algunas comemos mucha mierda para que esa figura imperfecta pero imprescindible siga ahí. Y están en lo cierto mis amigas cuando insisten en que tal vez desaparezca cualquier día y que, para eso, no cargan con un tipo que las condicione y les complique la vida con su "peque".

No sé. Sigo creyendo que tener un hijo sola tiene que producir una sensación de vacío. Porque falta esa otra parte que te apoya, que te mima, que está tan ilusionada _o casi_ como tú. Que las mujeres nos veamos obligadas a pensar seriamente en no compartir esa experiencia porque ya nadie se cruza en nuestras vidas con un mínimo de ilusión y valentía es penoso. Real pero penoso.

Está claro que algo en la sociedad está cambiando y para mal. Por supuesto que no estoy en contra de las mujeres que asumen ese riesgo y tienen a sus hijos con independencia de tener un hombre a su lado o no. Pero el hecho evidente es que no lo hacen porque no quisieran ofrecerle una familia al niño. Lo hacen porque no sueñan ya con poder crearla. Porque la imagen de la mujer que quiere tener hijos porque "se le pasa el arroz" está hasta mal vista.

Un amigo me comentaba que sus amigos separan a las mujeres en cuatro grupos: anillistas, no anillistas, cachondas y no cachondas. Obviamente, las "anillistas" son, a sus ojos, las que buscan pescar marido o cosa parecida y tener hijos porque les entran las prisas (cosa que ocurre también, a qué negarlo). Las no anillistas, las que tragan o prefieren relaciones sin ningún compromiso. Cachondas y no cachondas es más que evidente lo que son.

Luego estaban las conjunciones: el ideal es la no anillista cachonda. Se acepta, por necesidades del guión anillista cachonda ("porque con eso vas bandeando...") y se rechazan las no cachondas en cualquier caso.

Claro el espacio de las personas que pueden llegar a disfrutar la vida de pareja sin más ni se contempla. Al igual que muchas mujeres tampoco lo contemplan a la hora de ser madres.

La ciencia nos ha abierto nuevas puertas para la independencia y la maternidad de modo individual. Lo que no ha podido hacer es que los seres humanos arreglen sus diferencias para ser capaces de encontrar lo único que deberíamos buscar en este corto paseo que es la vida: la felicidad (unas gotitas, al menos), el amor, el compañerismo.

En el fondo soy una romántica. Muy en el fondo, claro, porque mi sentido de la realidad me pone en mi sitio. Pero me gustaría que todas estas chicas no viesen esa opción desde la manifiesta desilusión que tenemos ya de las relaciones de pareja. Me encantaría creer en el amor para toda la vida y las familias de peli americana (las que viven juntas, claro).

Sin embargo, al igual que ellas, tampoco creo ya en casi nada de eso. Y lo lamento.

Aunque yo no tenga que preocuparme de que se me pase el arroz.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Indudablemente ha perdido fuelle la necesidad de tener niños, de formar una familia, ese instinto de supervivencia social que nuestros padres empezaron a agotar. Tanto para ellos como para ellas.

El egoismo que caracteriza nuestra época nos hace pensar mas en nosotros y menos en los demás, y se nos va el tiempo. Después quizá nos lamentemos, o quizá hayamos conseguido reunir los juguetes necesarios para no tener que pensar hasta que ya sea demasiado tarde.

Sin embargo estamos en lo de siempre, los niños no son juguetes, ni siquiera son una via de realización personal
Son personas, que exigen de nosotros un montón de cosas reñidas con el egoismo (y no es dinero precisamente, aunque evidentemente todos queremos para nuestro hijo lo mejor que se puede comprar)
No son la solucion de los problemas de una pareja, y tampoco la solucion de nuestros propios problemas
Nunca lo han sido, nunca lo serán

Pero claro, queremos todo, todo, todo. Y ¿que damos?

Anónimo dijo...

Tengo un amigo de 38 años, soltero, bien situado, formal. Un chollo.
Y se queja de que nunca sabe si una chica le valora o le quiere por lo que el es o por lo que representa, bienestar, familia . . .
Le jode que una mujer de mas de 25 le diga a los 3 dias que esta enamorada de el, piensa y yo creo que con razon que no es lo normal, hay que conocerse mas, sobre todo a esa edad.
Total, que no se fia. Si tu quieres que te quieran, ser amigos, iniciar una relacion adulta basada en el conocimiento (y siempre teniendo en cuenta que puede no cuajar) necesitas tiempo y las mujeres a partir de cierta edad tienen demasiada prisa (y miedo a que otra se lo quite).

ninfasecreta dijo...

Yo no dudo de que lo que dice tu amigo sea cierto. Hay mucha desesperada, las cosas como son. Y tampoco creo en la gente que se enamora de un día para otro.

Pero nosotras también estamos hartas de que, nada más conocerlos, los tíos hagan declaración de intenciones en plan "rollo sí, sexo sí por favor, compromiso, sentimiento: ni de coña"

Los de la edad de tu amigo están siempre huyendo y justificándose en las mujeres para ocultar el miedo atroz que les da comprometerse. Es raro que encuentres a alguien, a estas edades, sin apriorismos. Tanto de ellos como de ellas. Pero cuando no los tienes, ellos tampoco se lo creen. Siempre se parte de que queremos "pescar" y eso, en muchísimos casos, es una estupidez.