domingo, noviembre 02, 2008

¡Ole la creatividad!

De vuelta. Me he dado permiso para practicar mi deporte favorito y me he dedicado a la tarea todo el fin de semana. O sea, me lo he pasado de muerte con mi gente, con mis cosas, incluso conmigo misma.

He pasado dos semanas infernales. Dos semanas en las que he tomado decisiones que sólo adelantaron acontecimientos y he salido fortalecida y no debilitada de un mal trago.

Es curioso, cuando alguien que conoce (o cree conocer) mis circunstancias y quiere atacarme suele aludir siempre a ellas para hacerme sentir mal. Me dicen que así de bien están ellos y así me trata la vida a mí. Entonces es cuando más valoro mi vida y la de los míos.

Sí señores, ésta mi vida: tengo dos niños objetivamente hermosos, más aún por dentro que por fuera, inteligentes, sanos, alegres, razonablemente felices. Llego a una casa que no está vacía aunque no estén porque yo estoy llena. Llena de ellos, del amor de mis amigos _un amor del que pocas personas pueden presumir tanto y con tanta seguridad_, de la satisfacción de buscar la felicidad en los míos y en la de saberme capaz de proporcionársela cuando me necesitan e incluso cuando no.

Conservo intacto mi sentido del humor (cáustico, sí, pero… ¡Sentido del humor!). No me siento ni estoy sola pero sé andar y vivir sin manos que me sujeten. Me encantaría compartir mi vida a medio plazo con alguien a quien poder dar todo eso que tengo pendiente y llegar a recibir todo aquello otro que la vida aún me debe pero, si esto no ocurriese, llevo mucho tiempo aprendiendo a convivir conmigo misma y a aceptarme.

Para aquellos para los que el triunfo se traduce en dinero, soy una fracasada. Yo he caído en esa tentación puntualmente. Sin embargo, cuando veo personas que se embolsan millones en una mañana y todo su afán es maltratar psicológicamente a los demás porque no tienen nadie con quien compartir su supuesta suerte, soy especialmente consciente de su pobreza. Hay quien piensa que, como no soy una superdotada que lo mismo cose, que salta al trampolín, que hace facturas o escribe parrafadas sin sentido, no soy “válida”.

Mi fortuna consiste en que sé para qué valgo y para qué no. Y, al margen de todo ello, no voy haciendo desgraciada a la gente sólo porque mi vida personal esté más o menos llena, que siempre lo ha estado.

Así pues, tras dos semanas en que trabajé en el lugar equivocado, con el jefe equivocado y con el trato equivocado, vuelvo con renovadas fuerzas a quererme mucho, a ver todo lo que tengo y a seguir haciendo lo que mejor sé: improvisar.

Mi pésame a los solitarios con caserones de tres plantas y a quienes detestan casi todas la personas que tienen que relacionarse con ellos.

Sí, así de mal me va a mí: tengo el bolsillo vacío y el corazón lleno. Estoy llena de vida, de salud y de juventud. Llena de afectos y de cariño. Y, sobre todo, llena de valor, incluso para hacer lo impensable para no permitir que pisoteen mi dignidad.

Demasiada Ninfa como para consentir que me pase un vulgar humano (o casi) por encima. ¿Qué no valgo para las tareas mecánicas? Pues me alegro.

¡Ole la creatividad!

14 comentarios:

Unknown dijo...

Ole!

Anónimo dijo...

Vida, salud, juventud, valor, el corazón lleno y más que se puede entrever a través de tus letras.
¡Pero qué bien escribes!
¡Ole con ole y olé!

Besos.

Mártir dijo...

Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor...y quien tenga esas tres cosas pues ya tiene mas que yo...
Pues eso, que si realmente eres feliz, para que quieres todo lo material..hay cosas que no podrias pagar con todo el dinero del mundo y por lo que parece, las tienes casi todas...asi que ha disfrutarlas y me alegro que todo vaya bien, como se intuye en el post...saludos desde el Sur del Sur...

Notengonombre dijo...

Resumiendo: te han echado de un almacen de Prica?.
(Tienes dos cojones niña, yo en tu lugar estaría hundido).
Saludos.

ninfasecreta dijo...

Hombre, centollo, con dos peques el dinero es muy importante... No lo tengo todo. Pero no estoy tan necesitada como para aguantar según qué cosas. Igual mañana sí, pero hoy, no.

Contrahecho, jajaajaa! no, no me han echado, me he autoechado de un sitio mucho peor... del infierno de la especulación inmobiliaria...

No estoy feliz pero podría estar peor, cierto...

Besoss

Félix Amador dijo...

Me alegro que hayas salido fortalecida. ¿Quién es esa gente innombrable que te ataca donde más te duele?

Me alegra enormemente que te veas llena de vida, de salud y de juventud. ¿Cómo iba a ser si no?

ninfasecreta dijo...

Son sólo eso: gente, no personas.

Gracias querido, sé que te alegras de verdad.

Un besazo

ninfasecreta dijo...

Son sólo eso: gente, no personas.

Gracias querido, sé que te alegras de verdad.

Un besazo

Jota dijo...

Hola Ninfa: me manda un beso para tí tu vecino, síiiiii, el feo ese que está divorciado. Es más majo, el hombre....a ver si entre todos lo animamos, que ya va siendo hora...y ya que te veo mucho más alegre, le podías echar una mano...;-).Besos.

Notengonombre dijo...

Ah, pero me he metido en un blogagenciamatrimonial?

ninfasecreta dijo...

Di que sí, Jota, que la Dolores ésa sólo le trae ídem... ;)

No, contrahecho, el feo y yo somos como Papá Noel: personajes de ficción.

ninfasecreta dijo...

La verdad es que me disgustan estos sistemas de autopromoción tan descarados y sin pedir permiso. Y la verdad es que mi primer impulso ha sido borrar el spot publicitario... pero estoy a favor de la libertad de expresión, así que lo dejaré.

Y suerte con los futuros lectores.

Crika dijo...

¡Qué subidón de post, ninfa!¡Cómo me gusta verte así!...y qué pena me da que tengamos los fines de semana cambiados :(
recuerda: tenemos unos bailes pendientes en sábado noche y unas cañitas pendientes en domingo por la latina
Un beso solidario con tu estado de ánimo :*

María dijo...

Te felicito, Ninfa. Yo no fuí tan valiente como tú: aguanté ¡cuatro! años a un jefe tóxico y acabé hecha un desastre, física y mentalmente. La pesadilla acabó hace un año y medio, pero todavía se me ponen los pelos de punta al acordarme.
Besos norteños.