Un dicho popular asegura que la envidia es el pecado capital de los españoles. Como buenos españoles, todos aseguramos que, concretamente, NOSOTROS no padecemos ese mal.
Viendo los años pasar una se hace o más amargada o más tolerante. En líneas generales, puedo presumir de ser más tolerante. En cualquier caso, también presumo de ser más sincera, sobre todo conmigo misma. Sin ir más lejos, en mi tertulia y buena comida de los martes _encuentro cultural norte-sur de lo más agradable e instructivo_, salió el asuntillo éste del pecadillo en cuestión.
Antes de que la vida me hiciese pasar la más larga travesía por el desierto que he recorrido hasta ahora, yo no era nada envidiosa. Pero NADA. De verdad. Me alegraba cuando a la gente le tocaba la lotería al personal en Navidad, si el mediocre de turno cobraba el doble que yo me indignaba un poquito pero me consolaba pensando en lo listísima que soy y si una titi tenía mejores trapos en su armario, siempre me quedaba el bienestar de saber que llevo la misma talla desde los quince años y no tengo que tirar la ropa. La moda es cíclica, siempre vuelve.
Pero ahora que soy mayorcita _a ver, que estoy hecha una chavalita pero con horas de vuelo_ y he pasado y me tocará pasar las mías ya no soy tan dulcemente inconsciente.
He reparado en que cada día soy más patriota, o sea, más envidiosa. Vamos, que hace años que me niego a ver a la gente celebrando que le ha tocado la lotería, por ejemplo. Cuando sale el abuelete con la vida solucionada diciendo que le va a poner un piso a tres nietos me pongo de muy mala leche. A ver por qué coño le toca a ése y no a mí, ¿¿¿Eh??? Yo tengo dos niños pequeñitos, un Gobierno que ni repara en las dificultades de la familia monoparental y todas las dificultades del mundo para conciliar vida laboral y pequeños roedores. Pues no, le toca al abuelo, con los “nietos-futuros-vagos” con pisito incluido, Me parece mal. No, mal, no. Fatal. Que no hay justicia en el mundo, leñe. Y no me engaño diciendo que es envidia sana. De sana, nada. La envidia es envidia y punto.
Lo mismo cuando veo a una niña pija con su cochazo, un buen partido y modelazos. O señora de pasta que, al cambio, viene a ser lo mismo. Antes pensaba: “Bueno, pero yo soy monilla, cualquier cosita me queda bien y ella es un lorito real”. Con el tiempo me he hecho más realista. Nadie me librará de convertirme en un lorito real salvo que tenga los dineros de la pija. Pero seré un loro sin dinero y sin poderme hacer un “arreglito” estético. Y aunque tenga un cuerpo muy aparente no podré enfundarlo en modelazos de corte perfecto que realzan hasta una pared. Duro pero realista.
Pues eso. Ahora que me paso la vida en Barajas o en Gran Vía, me aburro de ver gente muy afortunada. Y me toca la moral. Luego, cómo no, hago repaso de todo lo que tengo que es poco, a qué negarlo, pero ya he tenido menos. Y me autosatisfago como si hiciese falta la masturbación mental para conformarse.
Lo dicho, Soy envidiosa. Me da envidia la Princess María Leti (no me vengáis con el drama de la hermana, yo no he dicho que espere una vida perfecta y de dramas tengo para un culebrón), me da envidia la churri del jefe que se puede pasear por el mundo por el morro a todo trapo, me da envidia la que tiene pareja porque entran dos sueldos en casa y no se tiene que volver loca como yo haciendo números que nunca salen.
Me da envidia, con escándalo y marido horroroso, Norma Duval porque está muy buena y forrada. Me dan envidia todos los que viajan en bussiness class y las mujeres de los ejecutivos que se pasan la vida fuera y las tienen como marquesas. Y es envidia porque hasta me sienta mal. Me revuelve el estómago.
Se salvan mis amigos, que para ellos todo lo mejor es poco y los niños sobra ya decirlo. Pero hasta ahí.
Y muchas cosas que me dejo. No podréis negar que, además de envidiosa, soy sincera, Muchos dirán que no envidian a nadie pero eso es ser poco honesto con uno mismo.
Lo dicho.
Soy una envidiosa. ¿Y qué?
11 comentarios:
Siendo sincera entonces ... ¿admitirás que también tu despiertas muchas envidias? De las parciales, vale. Porque tú, marido horroroso (por poner un ejemplo), me da que ni envidias "marido", ni envidias "horroroso". Y ya es que no lo envidies, es que no quieres ni por todo el oro del mundo al "marido" ni al "horroroso"
Quizá si vinieran con todo el amor del mundo ... ¡y si lloviera café!
Vaaale, cierto. Ni marido ni horroroso echo de menos, las cosas mocoson.... jejejee!
Que lluevan billetes, podió!!
Creo que de envidia pecamos todos toditos, aunque la escondemos diciendo eso de "envidia sana". ^_^
Besotes guapísimaaaaaa
Yo también soy bastante envidiosa, sobre todo envidio a todas aquellas que son más jóvenes que yo... Me da rabia que los años pasen tan rápido que apenas me da tiempo a degerir los años que voy cumpliendo, y sí, cuando veo a alguna jovencita envidio su energía, sus ganas de divertirse, su "queda todo por venir" y "todas sus puertas por abrir", el que estén tan preparadas para todo a tan cortas edades, en fin...
Un abrazo!
A ver si nis centramos, ninfa!Con lo bien q estams sin marido...No caigamos en la trampa de la sociedad hipócritamente monogámica. Aunque lo de los 2 sueldos es tentador...¿no es mejor tener uno solo y no tener q dar explicaciones de si lo biengastamos o lo malgastamos?.Además(aprovechando la introducción tuya), lo del marido es como la lotería: le toca el "gordo" a quien menos lo necesita, y para q toque el premio d consolación, casi mejor q no toque. Que dormir a pierna suelta no hay dinero q lo paque... ¡y para todo lo demás, está la master card, visa oro, visa electrón, 6ooo, etc.! Y un buen amigo o amiga con quien arrejuntarse en los momentos de debilidad!
un besote!
A vé, coño, es un ejemplo!!XD
Ya me conocéis de sobra como para saber que no quiero un marido ni en pintura pero dos sueldos síiii!!!
Oñiooooo!!
Y el buen amigo para la debilidad no creas tú que dura mucho o vale la pena la mayoría de las veces...
Eso sí, renovarse o morir!! (coño, esto da pa un post!)
a mi me da envidia la gente que cobra más, nada más, (incluso la gente que sencillamente, cobra a tiempo)
mmmm también me da envidia la parcela del vecino que está llena de arboles.
Mmmmmm... A mí me da envidia que puedas decir sin ambages que tienes mucha envidia... Muy bien Ninfa!
Ah, soy el que el otro día te saludó por email, el que toma el sol muy tumbadito en la playa...
Besos
Umm, por mail o msn??
No caigo!! :-(
Todos envidiamos algo, es natural y no tiene nada de malo mientras no nos amargue la propia existencia. Nos ayuda a mejorar en todos los aspectos, no solo social o economicamente. Yo envidio a las que son mas jovenes, mas ricas, mas guapas, o mas altas, pero tambien envidio a las que son mas sabias y mejores personas.
Alguien dijo que "la felicidad no esta en conseguir lo que uno ama, sino en aprender a amar lo que uno tiene". Personalmente creo que es una enorme gilipollez. Prefiero la de "Nosotros sabemos lo que somos, no lo que podemos llegar a ser".
Yo soy envidioso, sobre todo de todos aquellos que han entrado en la Universidad y no tienen que estar desbravando adolescentes de secundaria como yo. Y no te digo nada si esos profesores universitarios (que se lo habrán currado, no digo que no) no eran mejores alumnos que yo en el instituto o en la facultad. Entonces la envidia es horrorosa.
Publicar un comentario