lunes, agosto 07, 2006

Inquieta

Estoy de mala leche hoy. No sé, con esa inquietud que me hace sentirme físicamente mal. No tengo gran cosa que contar (que se pueda contar,claro).

Tengo ganas de tumbarme al sol a no pensar en nada. Eso que dicen de poner la mente en blanco. Yo soy incapaz. Lo he intentado pero me agota más que ese torbellino de pensamientos que azotan mi mente en todo momento. Tengo ganas de salir de copas. Este calor me está convirtiendo en una adicta al cachondeo permanente. Será que veo que en septiembre me encerraré y no podré decicar mucho espacio al hedonismo y eso, para una ninfa, es terrible.

Mi niña se ha quedado conmigo y el niño con papi. Yo a Boston y tú a California. Le ha dado la supermamitis y me gusta, claro, pero yo prefiero tener cierto airecillo pa respirar. De todos modos, creo que es una fase. A papi le fastidia, ya se sabe, pero ni caso. Piensa que el pequeño roedor le prefiere. Chorradas. Pasan sus etapas y yo las vivo según vienen. A él le gustan las películas. De terror, diría yo.

Veo como Galicia arde, Santiago arde, hasta yo estoy que ardo. Ardo física y mentalmente. Me duele la cabeza, la sangre, qué sé yo. La ansiedad me mata. Es lo que peor llevo y hoy la tengo porque sí. Será el síndrome pre-premenstrual como le decía hoy a una gran amiga. Supongo que, como me riñe porque dice que me subestimo, pues me ha tocado la fibra.

Yo no creo que me subestime. El desencanto viene por hechos empíricos y, aunque sé que el mundo está lleno de gilipollas, eso no me consuela, porque tengo que vivir en él con todos ellos dentro.

Como tengo el día "pallá" me acuerdo de Castro. De Fidelito, vamos. Decía la Iglesia cubana que había que rezar por él. Yo estoy de acuerdo. Rezo aquí con unos amigos de la isla para que la palme de una puñetera vez y todos los exiliados puedan entrar libremente en su país. Es cierto que le harán falta muchas oraciones porque, con la vidorra que se ha pegado aquí, no hay quien le salve del infierno. O así debería ser. Y rezo para que haya una transición como es debido, que el pueblo se lo merece.

Definitivamente, me encuentro fatal. Y no sé por qué. O sí pero creo que no hay que llevar los sentimientos tan a flor de piel. Es malo para la salud y para la armadura. Yo quiero recuperar mi imagen de chica dura y creérmela. Y echar un buen polvo. Siempre viene bien ¿no?

En fins, creo que me tomaré un ansiolítico. A falta de pan...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El onanismo tb proporciona cierto bienestar.. jejeje, ánimo Ninfita, que solo es un mal dia

JOHNNY INGLE dijo...

El ansiolítico puedes tragártelo entero o machacarlo: en este caso, también podría ser un "buen polvo".

Pero no te duermas. Que tenemos que rezar todos para que el bicho ese la palme. Que mira que tengo yo ganas desde hace tiempo de encender el telediario y que proclamen al mundo que se ha muerto el que está matando de hambre a un país entero.

De verdad que da rabia ver a un país con tantas posibilidades atrincherado en la miseria y en el miedo.

Dentro de seis horas tendrás un nuevo sol. Que lo disfrutes.

Anónimo dijo...

Chica, pues nada, nada,...a echar un buen polvo...o los que sean!, además, creo que no te van a faltar voluntarios,...o nó, chicos?

Oyes, por cierto, a mi la playa me relaja mucho y el agua gallega, tan fría por el puto "upwelling", me baja lo "ánimos" en un satiamén. Probado y testado sexológicamente!

Un húmedo biquiño,

Santibichos (hoy más bicho que nunca!)