miércoles, agosto 16, 2006

Aeropuertos y estrellas

Recibí ayer un mensaje. Llegado desde más allá de mi mundo, con destino a ser guardado para siempre, como una hermosa joya impagable.

Me hablaba de estrellas, de fugacidad, de magia, de cómplices aviones plateados. No me avergüenza decir que me conmovió como nunca antes ningún otro lo había hecho. Proviene de un casi desconocido. Al menos en este vulgar universo. Sin embargo, llega directo al corazón como si le perteneciese desde siempre y como si supiese cómo es exactamente ese corazón. Estoy particularmente sensible estos días. Debe ser la migraña o la sorpresa.

Siempre digo que me gustaría que me alguien pudiese verme. No sé si ha ocurrido pero a lo largo de todo ese texto me he sentido descubierta. Como siempre dije que quería que ocurriese. Aunque sólo fuese por un rato.

Paradójicamente, me he quedado sin palabras para devolver tanta belleza. Sin poder ni pretender emular todo el contenido, toda la emoción, todo el sentimiento de esas líneas.

Sólo se me ocurre decirte: GRACIAS. Gracias por existir, por haberte cruzado en mi camino, por demostrar que queda luz y que yo también la conservo. Por ser diferente, por ser tú.

Por hacerme sentir descubierta . Tal vez por primera y única vez. Pero no fugazmente, sin embargo. Me guardo el sentimiento, el recuerdo y las líneas. Espero que no te importe que no las deje marchar. La belleza escasea. Los ojos limpios, también. Me lo quedo todo. Espero que a ti se te quedase algo. Porque es demasiada luz para mí sola y te iluminará hacia donde quiera que tú vayas. Y estoy segura de que tú SÍ encontrarás lo que necesitas.

Tal vez en algún aeropuerto, donde la comida de avión es sabrosa y el café inusitadamente bueno.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando la comida de avión es buena, al igual que el café, debes estar refiriéndote al cielo.

Te dejo una ecuación que estoy seguro que podrás despejar, aunque seguramente ya la conocías:

Andandare = Dr.Nicolson ;)

Ale, y a escribir, galleguinha hehehe.

ninfasecreta dijo...

Pues no, no la conocía, jajajaa! Gracias por ponerme una facilita.

El cielo al igual que la felicidad está dentro de nosotros y también es efímero... Pero no por ello menos hermoso.