¿Y qué pasa cuando una tiene ganas de escribir porque sí, porque le gusta, le apetece y le provoca y no tiene demasiado que se pueda/deba/quiera contar?
Creo que, llegados a este punto, y puesto que esto es un blog, seguiré mi línea catárquica de hablar sobre lo que se me ocurra y cómo se me ocurra.
Llueve en Madrid. Me gustaría saber quién es el memo que dice que aquí no llueve. Eso sí, es como si lloviera a pedacitos, te moja una chispita aquí y otra allá. Como si hubiese goteras en la capota de acero contaminado de esta capital que amas u odias, sin términos medios. En Santiago, que no en toda Galicia, cuando llueve, llueve. Y puede llover un mes, una semana, en modo vendaval, por arriba, por abajo, por donde sea. Baja la temperatura y descubres que ha llegado el invierno sin más dilación.
En Madrid hay entretiempo. La temperatura es suave y yo no tengo ropa de entretiempo ni calzado de entretiempo. Yo tengo época de lluvias y de no lluvias. Monzón o calma. Y ni un duro para adaptarme _respecto a los trapos_ al clima. Los chinos hacen el “octubre” en las puertas de la oficina vendiendo paraguas de tres euros que duran tres horas. Son unos paragüitas muy bonitos estos de aquí, plegables, de juguete. En mi tierra, si salgo a la calle con un chisme así, no cruzo la acera con él vivo. Aquí puedes llevarlo en el bolso. Increíble.
Me he levantado algo más sosegada aunque no estoy en mi mejor momento. Creo que mi momento mejorará grandemente este jueves de cacería _y si no, de frivolidad a raudales, que relaja un montón_ y la inminente visita de un querido amigo al que veo en contadas pero siempre sobresalientes ocasiones.
Sigo esperando con más fe que otra cosa que aparezcan las maravillosas colaboraciones que me permitan hacer unos dineritos extras. No me quiero quejar mucho pero la vuelta al cole y la mudanza han desbaratado mi economía y está difícil la recuperación. De todos modos, mientras haya nómina y Visa, todo se andará.
Tengo claro que una de mis misiones en la vida es aprender a sobrevivir _que no vivir ni supervivir_ con buena cara, aprender a tener paciencia y saber que, como sea, se sale adelante. Es cansado pero todo el mundo te echa flores. Preferiría que no me llamasen valiente, que me llamasen pija y ser como la Preysler (sin Boyer a poder ser). Aparentemente insustancial pero forrada y viviendo como una marquesa _o ex marquesa, como ella_.
Pero no. Yo soy una chica superprofunda, que fascina por su intelecto y su bravura y, por eso mismo, asusta que no veas. Los hombres con los que he tenido relaciones más o menos largas, siempre se han comparado conmigo. Una estupidez, lo sé, pero pasa.
Hay quien dice _conociéndole muy bien_ que mi ex marido quería ser como yo (somos muy diferentes, sobre todo en el trato exterior) y por eso estuvo a mi lado tanto tiempo. He tenido novios que se quejaban de que mi aparente popularidad les hacía sentirse pequeños. Algo que les ocurre a ellos solos porque nadie les ha visto pequeños a mi lado, salvo en algún caso en que eran manifiestamente pequeños por sí mismos.
Yo quiero ser mujer florero. Mujer guapa, de modelitos, de calle Serrano, de bolso Loewe de 600 euros y que me quieran por no suponer una amenaza para la débil autoestima del interfecto. Quiero ser como la mujer de Fefé. El problema es que yo pretendo serlo sin Fefé… O con un Fefé algo más delgado. Es que los hombres con sobrepeso me disgustan mucho, no lo puedo evitar.
Ya no me hace ilusión que me digan que soy inteligentísima, que tengo mucho valor, que soy fuerte, que soy valiosa. Es poco práctico. Prefiero que me digan: “Qué suerte tienes, tía”. Que hablen mal de mí porque soy una mantenida que vive como una reinona y que no me tenga que preocupar de que, al llegar el día 3, ya esté sin un duro.
Puedo aportar CV:
“Estupenda amante, con iniciativa, a decir de muchos atractiva y con buen tipito, poca vergüenza, gracia y saber estar. Como de todo, no engordo, represento diez años menos y resulto amena. No tengo experiencia en modo geisha pero, por una buena pasta, digo causa, estoy dispuesta a aprender.
Aporto dos niños preciosos, rubitos, criados y muy bien educados. Agradecidos y simpáticos. No contemplo procrear más pero permitimos _los tres_ que las ansias de paternidad del interfecto se colmen con los miembros ya existentes en la familia.
Interesados, por favor, dejen sus demandas aquí. Valoraré todas las propuestas”.
A ver si cuela…
6 comentarios:
Hola Reina...... soy tu prima. Y porque lo sé de primera mano aporto a tu CV:
De noble estirpe, con casa familiar con capilla, palomar y bosque con árboles centenarios traídos de las Indias por sus antepasados...
Bueno, el pazo lo heredó la hermana de tu mamá, pero haberlo húbolo. Y lo que no se dividió en la herencia fueron los genes de belleza, que a tus primos no les llegaron con el paquete inmobiliario... je, je, je...
Tu prima que te quiere, y que tampoco heredará la casona blasonada.
Mi preciosa prima que va sobrada de genes de belleza a raudales e inteligencia políticamente incorrecta heredará un precioso molino rústico en el corazón de la capital de la más lluviosa pero hermosa ciudad del continente.
Estoy con ganas de irme a casa, así que si me sobornas con una salida en condiciones y algo de casito, me acerco... el 12 de octubre o en noviembre ;)
También te quiero mucho y, por cierto, estaba pensando en ti. Te paso un sms.
Muaka!
Imprimo el c.v. y lo guardo. Nunca se sabe las vueltas que da la vida ni los número premiados de los próximos sorteos.
Ay, Pepe, qué gusto que me lea un hombre que sabe leer, que sabe entender y que tiene sentido del humor... besosss
me molesta mucho esta mariconada de lluvia, pero que le vamos hacer, no pienso dejar mi CV, porque soy un ser demasiado imperfecto, pero me senti atraido por tu forma de contar cosas y es solo por eso que dejo aqui unas pocas palabras......
saludos
efectivamente, me parece muy bien que utilices tu libertad de expresion a tus anchas. muy buena tu descripcion de la lluvia en madrid. un saludo, si quieres echale un vistazo a mi modestisimo blog con muy pocos poemas y menos visitas, jaja. ciao, encantado
raul
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