domingo, noviembre 12, 2006

Temibles mudanzas

Antes de nada, por si este post se queda a la mitad, que sepáis que tengo el portátil medio fastidiado e igual lo tengo que apagar de repente...

Bueno, estos días me da por pensar en las mudanzas. Lo más seguro es que ni me mueva de aquí pero, por si tengo que moverme, como buena obsesiva que soy, estoy todo el puñetero día dándole vueltas al tema.

Me he quedado fascinada con el nuevo salón, made in Ikea, de un amigo. La verdad, yo apuesto por los muebles baratos. Yo tengo mi casa completamente amueblada con muebles buenos y caros, en general, y me he dado cuenta hace tiempo que es una forma estúpida de tirar el dinero.

Si los muebles te han costado poco, cuando te aburras de ellos (que te aburrirás porque pasan de moda y a mí me gusta cambiarlo todo con frecuencia), pues los tiras o regalas y te compras otros. Si te han costado un ojo de la cara y tienes que mudarte, la mudanza te va a costar lo mismo que amueblar de nuevo o más. O sea, de locos...

Cuando pienso en mudanzas, automáticamente, recuerdo a mi pobre madre. Se mudó tropecientas mil veces a lo largo de su vida y le tocaba hacer absolutamente todo. Y éramos ocho personas en casa, seis de ellas hombres e inútiles y yo, que era una niña pequeña. Vamos, para tirarse de los pelos.

Como fui la última a mí sólo me tocaron unas seis (nada comparado con lo que llevaba encima la pobre mujer que vivió en Brasil antes en varias ciudades y casas, también en Santiago, más de lo mismo). En mi línea, a mí me chiflaba cambiarme de casa. Nunca le he tenido mucho apego a las cosas. La novedad siempre me ha parecido fascinante en todas las esferas de mi vida. Así que embalaba con fruición tacitas, lámparas y, cuando el trabajo se hacía pesado, me largaba a jugar.

Entonces los traslados se hacían en el seat 1.500, los muebles se bajaban por las escaleras y todo el proceso duraba días y días. El coche de mi padre era como un pozo sin fondo. También teníamos el "futrique" (así bautizó mi progenitor al 850 de segunda mano de mis hermanos mayores), ahí con la baca, llena de cachibaches. La verdad es que hasta irse de vacaciones era demencial.

La peor de todas mis mudanzas (porque desde que me fui de la casa materna también he tenido unas cuantas) ha sido la última. La hice sola, con todo el mobiliario que tengo, que es una barbaridad. Cuando estaba hasta el culo y había organizado las habitaciones de mis hijos y la mía, un buen día miré la habitación sobrante _llena de cajas y Dios sabe qué..._ y me dije: "Ya estoy harta, se acabó". Cerré la puerta y prohibí a todas las visitas acercarse al cuarto prohibido. Durante un año no necesité o encontré nada de lo que allí había y la bauticé como "La Habitación del Pánico". Ni los niños osaban entrar.

Un buen día, vino mi compa a vivir conmigo. Así que no me quedó más tu tía que vaciarla. Terminé el trabajo sintiéndome triunfal. ¡Qué sensación tan efímera! Llegó mi compañero y la llenó con TODO lo que tenía en su apartamento. Y ahí sigue viviendo. Y yo sigo cerrando la puerta cada vez que me la encuentro abierta y, por supuesto, llamándola la Habitación del Pánico. Yo creo que da más miedo ahora porque está habitada.

En fin, tal vez tenga que mudarme de nuevo _o no_ y ya estamos en la disyuntiva: ¿pagar un dineral por el traslado de muebles o comprarlos nuevos al mismo precio? La verdad es que es difícil decidirse. Si se pudieran vender... Dicen que hay quien compra pero... si se puede amueblar nuevo por dos duros... ¿Quién me va a comprar mis estupendos muebles?

Osú, mudanzas, qué miedo...

15 comentarios:

Treinta y tantos dijo...

¡Qué pereza! Las mudanzas son una pesadilla. Mis padres compraron su casa cuando yo nací y con ellos no sufrí ninguna mudanza, pero en 3 años (entre el 2001 y el 2004) me mudé 6 veces por diversas circunstancias. Me espanta pensar en otra mudanza y si alguna vez lo tengo que volver a hacer, espero tener el suficiente dinero para contratar a una empresa que empaquete y desempaquete hasta las bombillas porque sino me dará una crisis seguro.

Si no tienes apego a tus muebles y llega otra mudanza, ya sabes el lema de IKEA: "Redecora tu vida". Aunque los muebles a veces no son el problema, más bien lo son los libros, la ropa y las miles de cosas que no abultan sueltas, pero que juntándolas pueden llenar un camión.

ninfasecreta dijo...

Hombre, algunos de mis muebles me gustan mucho, otros me dan más igual... Lo que pasa es que si tengo que gastarme 3.000 eurazos en una mudanza... Es para pensarlo.

En fin, es hablar por hablar. De momento, aquí sigo.

Pero redecorar mi vida me encanta!! :P

Anónimo dijo...

Yo me fui de mi casa con lo puesto, tan sólo una maleta con mi ropa. He empezado una nueva vida; y digo empezado en todos los sentidos, porque he partido de cero. Afortunadamente no me puedo quejar, he ido comprando lo más necesario poco a poco y ahora soy un hombre lleno de cosas nuevas, nuevo coche, nuevo ordenador, etc. En uno de mis viajes me traje una maleta de libros, los otros siguen allí (esperando), junto con otras muchos "muebles" a los que he renunciado, mi herencia en vida para mis hijas. Lo material, no deja de ser eso, materia, dinero... Además sólo traen recuerdos (en mi caso, malos recuerdos).
A parte, he leído que los de las mudanzas se llevan exámenes de oposiciones de las Consellerías... a saber lo que pueden hacer con unos buenos muebles de castaño...
Saludos.

ninfasecreta dijo...

Jajajaaaaaaaaa! La misma empresa de mudanzas de la limpieza de exámenes es la que me hizo la última a mí... Es buena pero cara.

A mí no me traen malos recuerdos. Simplemente, no me traen ninguno. Mi estupendo estilo de reseteo mental me impide sufrir por esas cosas.

De todos modos, si no costase tanto, prefería quedármelo aunque cambiase alguna cosilla.

Y no tengo muebles de castaño, ojooo!! (No me molan los muebles clásicos)

Raúl Alberto dijo...

En esto de las mudanzas yo tengo mucha experiencia, que desde que salí de la casa de mis padres he dado vueltas por toda mi ciudad…es rico conocer nuevos ángulos de la misma, pero claro, de casa en casa la cosa se hacia mas pesada, porque siempre habían nuevas compras y de lo fácil que fue el inicio, al final la ultima mudanza, fue una verdadera rompedura de espaldas y eso que había personal de mudanza, en fin…ahora estoy en mi departamentito en el que, me imagino estaré aun un tiempo…pero estar mucho en un lugar me aburre así que, solo el tiempo dirá…
Besossss

Treinta y tantos dijo...

Respecto al posible futuro que puede provocar una mudanza; espero que surja tu oportunidad y que lo que decidas sea una buena opción. El que sea la mejor, es imposible saberlo: ¿Cómo adivinar lo que pasaría tomando el otro camino?

Es muy difícil aconsejar en algo así, pero lo importante es que decidas lo que decidas, estés convencida de lo que haces. Entonces seguro que todo irá bien.

Besos y suerte!!!

Patri dijo...

Mudanza... Como dijo treintaytantos lo peor no son los muebles, sino cuando empiezas a empaquetar cosas. Es el momento justo de hacer limpieza, acabas tirando la mitad de las cosas, pero las cosas que se quedan se reproducen porque siguen ocupando mogollón de cajas...

La última vez que me mudé, dejamos varios muebles atrás, el resto los compramos nuevos, y porque no tenía más dinero que si no...

Básicamente pienso que si puedes comprarte los muebles te mudas con lo justo y ya está. Eso sí, si puedes vender los viejos ni lo dudes. o_-

Por cierto, las veces que me he mudado ha sido a base de los coches de la familia y de cargar todos con muebles. Cansa mucho, pero hay que reconocer que es muy divertido. ^_^

Besotesssssssssssss

ninfasecreta dijo...

Esteee... divertido??? Es el infierno.

A mí me gustan las empresas de mudanzas que lo embalan todo, lo montan todo y, por desgracia, no desembalan que si no, me empeñaba hasta las cejas....

santibichos dijo...

Me horroriza lo de cambiar los muebles cada dos por tres, en IKEA. Primero, serán baratos pero me parece un despilfarro consumista. Por qué unos muebles no pueden ser para toda la vida o, por lo menos hasta que se rompan? joder, no entiendo este afán de tirar con todo (ya no se piensa en erraglar las cosas), de renovar todo...siempre estoy luchando con mi madre con el "es más barato comprar una nueva"...joder, las cosas se pueden reparan, repintar, transformar...no despilfarremos recursos...

Odio las casas de mis hermanos (que viven en Madrid), todas con los mismos muebles de IKEA...no os pasa a vosotros? Por aquí nos salvamos porque todavía no ha desembarcado la dichosa multinacional...pero llegará el día que todos los jóvenes coruñeses tengan casas clónicas

Yo mientras pueda, seguiré comprando muebles con encanto (y no por ello más caros), o me los harán a mi gusto... para que duren!

No lo dudes, qué te hagan una buena mudanza!

Anónimo dijo...

Ninfa me has puesto lospelos como escarpias, en un mes me mudo a mi piso nuevo y aunque he comprado los muebles, me quedan el resto de las cosas, mi problema es que me niego a tirar nada, todo son recuerdos que me cuesta deshacerme de ellos. Mis hijas me ayudan:
yo- èsto se guarda....
mis hijas por detràs:èsto a la basura....
Y como dice el dicho:ojos que no ven corazòn que no siente....

Por cierto si vendes los muebles habla primero conmigo, que a mi me faltan cosillas... jejeje
Tranquila, todo va a salir bien ya veràs, mente positiva.......
Besitos de lunes, (yo elèctrica esperando hoy una respuesta muy importante, ya ves que seguimos teniendo muchas cosas en comùn).

Treinta y tantos dijo...

Santibichos, IKEA ya tiene un terrenito en la Grela....¡Ya están aquí!

Y bueno, lo de IKEA es práctico y a veces yo creo que no es consumismo. Mis pocos muebles son medianamente buenos, porque no tengo idea de cambiarlos a menudo (¡vaya pereza!), pero hay que ser consciente de que la mayor parte de los treinteañeros de Madrid, con hipoteca e incluso con niños, no se pueden permitir muebles de maderas nobles.

Un beso!

ninfasecreta dijo...

Santi, a mí me parece más consumista pagar el triple por algo que simplemente ha de ser funcional.

Yo tengo muebles con mucho encanto que no me gustaría perder y otros que me daría igual.

En cuanto lo de estar siempre arreglando... Ya ves, algo roto está roto. Además, usar madera es más dañino para el medio ambiente...

Amos, que yo apuesto por el renovarse o morir. Si es más barato algo nuevo... No hay duda.

Terre, si me tengo que ir y colocar algo te consulto, biquiss

Unknown dijo...

yo apuesto por ikea para salir del paso, y luego, poco a poco, ir redecorando con muebles en condiciones y duraderos. Los de ikea son una mierda, mi casa es casi todo ikea, excepto el salón y los baños. Hay cosas, como las mesas del despacho que están bien, son funcionales y baratas, ahora, las estanterías son una mieeeerda que te cagas, en cuanto las mueves un poco se parten a trozos, la cama está que parece que se va a desmoronar en cualquier momento, y solo tiene un año (tampoco echamos allí los polvos salvajes... )

yo prefiero los muebles de roble, robustos, pesados, en decoración soy más clásica o rústica.

Las mudanzas son un tostón, yo he hecho seis, una de ellas con ayuda profesional, pero me costó cien mil pelas así que no he vuelto, desde luego con recursos económicos se llevan mejor. Por otro lado sirven para hacer limpieza de trastos que vas acumulando con los años y luego ni te acuerdas de que los tienes.

Anónimo dijo...

Las hay impresentables!!!

Anónimo dijo...

jajaja, pues no sé que le veis de malo a las mudanzas. En al última que estuve, trabajamos una hora y luego recuperamos líquidos durante 6 o 7, o sea, que bien, ¿no?