miércoles, diciembre 12, 2007

Gritar en el silencio

Hace ya un año, uno de esos hombres que “pasan” por mi vida con algún lugar algo más que puramente amistoso pero sin consecuencias me comentó que creía que me “desnudaba demasiado” en mi blog. Él lo descubrió por su cuenta _el blog, no si me desnudaba o no_ y hay que reconocer que el muchacho fue muy avispado.

Más tarde me preguntaron si el hecho de que hubiese personas que me conocían leyéndome no coartaba mi libertad a la hora de escribir. En aquella etapa aseguré que no. No, por cuanto mis vivencias íntimas no las cuento de forma directa y me guardo muchas cosas de mi vida personal.

Jamás menciono directamente a personas o hechos de mi vida sentimental. A lo sumo, hago algún guiño a quien me ocupa en ese momento _por amistad, por atracción, por cariño, por lo que sea_ del que sólo es consciente el o la citad@.

Sin embargo, ahora sí que empiezo a notar que ya no puedo soltarme la melena a nivel emocional, cuando me apetece desnudar el alma o lo que sea porque me encuentro subida a un escenario con demasiados antiguos compañeros de reparto en las butacas.

No puedo disfrutar del efecto catárquico que cierto grado de metáforas podían ofrecerme porque temo herir a alguna persona que me lea o ahuyentarla o ponerla sobre aviso. Porque soy un ser dual, libre y ajeno a muchas de las leyes de los hombres pero vivo en una sociedad que nunca podría entender demasiados sentimientos o actos que, de tan honestos que son, algunos tildarían de irreverentes.

Si me salto las normas, hay demasiadas personas que me conocen y leen que estarían dispuestas a juzgarme o se sentirían ofendidas. Los juicios no me importan pero las conclusiones erróneas sí.

Ahora mismo me gustaría gritar que no creo en el bien o el mal de los cristianos, no creo en la insidiosa moral judeo-cristiana, no creo en el amor para siempre, no creo en las cadenas propias ni ajenas. No creo en ningún dique, en ningún lago artificial de estabilidad, de cosas bien hechas, del buen sentido. No creo en nada que sirva para retener, para frenar, para cerrar.

Me gustaría gritar que hay seres que viven presos de lo que en otros tiempos fueron lazos de seda y su actual tacto férreo ya no les permite rozar el terciopelo de otros brazos libres, generosos, que no sujetan, que no piden, que no amarran. Sólo acarician, sólo sienten y transmiten. Me gustaría gritar que tengo sentimientos que el mundo tilda de pecados mientras a mí me abrasa su belleza. Quisiera decir a voces que puedo sentir muchas cosas diferentes por personas diferentes y no tengo el menor deseo de elegir. Que no entiendo por qué he de hacerlo. Y que no voy a hacerlo.

Me gustaría poner en mi ventana un espejo que nadie pudiese evitar mirar, ni aún empeñado en encerrarse dentro de lo políticamente correcto, y reflejarles desnudos de todo vestigio de obligación, de cariños viejos, de pasiones controladas, de permisos, de remordimientos. Desearía mostrarles el camino y aletear alrededor de sus ojos con mis pequeñas alas de diosa menor, nacida para vivir naturalmente en medio de los ríos, de la vida, del aire, de la luz, del amor.

Desearía que alguien me comprendiese, me sonriese y asintiese. Que se sintiera libre como yo lo soy, a pesar de que hasta mi blog está comenzando a ser moderado por una prudencia que me parece ridícula.

Lo malo es que toda esta reflexión no hace más que descubrirme mi debilidad, mi temor a que me confundan o me descarten por ser tal cual, sin adornos, sin vergüenza, sin compromisos, sin condiciones.

Así, yo me convierto en uno de esos a quienes rechazo porque permito que los espectadores escriban el guión, aunque sólo sea el de esta insignificante bitácora.

Tal vez me esté volviendo cobarde. O prudente.

Desconozco la diferencia

14 comentarios:

Anónimo dijo...

He leído muy atentamente su blog. No niego que me encataría enredarme en intensas discusiones sobre algunos punto que suscribe con los que adhiero y otros en los que estamos con el Atlántico de por medio. Me reprimo de hacerlo porque la tarea del glosador es mucho mas cómoda que del creador. Sin embargo su última reflexión me ha recordado aquella historia sobre el rey asesino del bosque de Nemi, mito que viene descrito en La Rama Dorada, de Frazier. Se impone una discusión sobre este punto. Quiere?

ninfasecreta dijo...

Lamento reconocer que desconozco el mito y, aunque me apasiona la mitología, no estoy muy versada en el tema. De todos modos, a mí, a pesar de las apariencias, no me gusta nada discutir xD!

Gracias por tu atención, en cualquier caso.

Anónimo dijo...

Aconseja Maquiavelo a Lorenzo el Magnífico: "todos ven los que aparentas, pocos conocen lo que eres". Las apariencias son fundamentales y no le creo en cuanto a que no le guste discutir.
Tiene mi atención, aunque este punto ya lo tenía de sobra conocido.

ninfasecreta dijo...

Jajajaja! Muy sabio, pues. Soy una gran debatidora pero encuentro fatigoso y hasta poco respetuoso intentar convencer a los demás de que piensen diferente a como lo hacen.

Gracias, otra vez, por tu atencion.

Y tutéame, por favor.

Un besito

Anónimo dijo...

Estoo...no quiero interrumpir tan elevado debate,disculpe usted, Vexilliario, solo robo la atención de la dama unos segundos para dejarle un beso en sus norteñas mejillas.
M.

Anónimo dijo...

Y descendiendo aun más en el discurso, y como he releido el post y empieza muy bien (desnudos y tal...) digo yo, este blog tiene muy pocas fotos no?
Ninfa fololog ya!
:)))

Anónimo dijo...

Intentar convencer a alguien para que piense como uno requiere antes que nada la firmeza en las convicciones de uno que - en mi caso - son tan mutables como yo mismo. Era Heráclito el que dijo que nadie se baña dos veces en el mismo río, no?. No lo decía por el rio, lo decía por el mismo. Has oido hablar de la "doctrina del ser inconstante"?.
Ah... ya te tuteo. Algo es algo, no?

ninfasecreta dijo...

Maohi, mi proverbial pereza digital ha evitado que este blog tenga fotos y, además, sabes que me horroriza hacérmelas...

A lo mejor, como regalo de Navidad, ya veremos cómo están los ánimos...

Bess

Blue Pegasus dijo...

Ni cobarde, ni prudente, ni leches. Se puede que algunos se les va el tema del juicio o de la conclusion eronea, que se fastidian y se vayan a estudiar un poco lo que es el eje de la comunicacion y del respeto.
Hay reglas que nadie puede pasar, sin faltar al respeto a la vida en general. Los que son vivos, como tu sagradisima ninfa de nuestros sueños, tienen el maximo derecho a hacer lo que les salga de los ovarios. Ademas de poder andar suelta como lo sientes, porque no solamente tienes cualidades humanas que podrian reagrupar la vida de muchos, pero ademas, los que te conocen y que te leen, siempre lo haran con amor y con maravilla. Los que te conocen y que se permiten de no comprenderte, se exponen a perder el proprio sentido que es de poder observar un ser majestuoso ser si mismo.

Un ser bondadoso, con un corazon tan valiente, nunca puede perderse en las tinieblas de la inconciencia. Los que podrian emitir una critica, que no tiene nunca nada de constructivo, son celosos y envidiosos. Saben que les va a costar un huevo moverse el culo para despertar y enterarse de lo que es la vida y de la suerte que tenemos de estar todos juntos, cual sea lo que vivemos.

Aun mejor, haces la diferencia de forma radical, por lo que es creer, que crean lo que les sale, por lo qu ees de sentir, gritamos lo que nos viene y los que saben escuchar, siempre utilizaran la energia de estos soplos de vida que sale desde el corazon. Somos vivos, a los muertos, como lo dice Seneca, que se creen vivos, que empiezen a ponerse medidas para parar de sufrir la vida y el cuerpo, cuando hay remedios mas adecuados, que de cargarse siempre a los que levantan la cabeza para mirar la luz.

Abrazo de luz, Peagasus.

Luissi dijo...

Si ahora pudieras verme, me verías sonreir y asentir. No sé si te comprendo al ciento por ciento, es difícil entender por completo a otro ser, pero me parece que si puedes creer que hay conexiones que hacen comprender, y eso es lo que siento, que te comprendo bien. Pero desde luego sí sabes que no hay juicios ni conclusiones erróneas. Aunque claro, soy un privilegiado para la mayoría de los que "solo" te leen por aquí

Tu blog es solo éso, tu blog. Recuerdo perfectamente este pequeño parto, y en lo que se fue convirtiendo. Cuando su función se haya completado, o incluso antes, no dudes en seguir adelante. Hay otras opciones que aunque puedan implicar perderme tus letras quizá sean tu camino. Este estupendo blog no es el único medio. Yo puedo darte algunos consejos para poder reencontrarte en otros lugares sin nuestro lastre, tu harás el resto. Ahora ya sabes que puedes, ¿verdad?

Hoy llegando a casa el churri árbol de mi vecino de arriba me recordaba muchas cosas que he perdido porque ahora no están donde estaban, y a la vez no he dudado que siguen brillando en otro sitio. Y siento que esa pérdida significa que he ganado mucho, que al final tras tantas sacudidas salió bastante bien. Y sé que ahora tengo más aunque de manera diferente

Y ya que estamos, gracias. Sonrío, emocionado, con los ojos brillando, y asiento.

Anónimo dijo...

Supongo que cuando un@ lleva tiempo publicando un blog y le pasa la dirección a sus conocidos, al final termina por coartarse un poco. Te da vergüenza que algunas de las cosas que tú estás expresando puedan interpretarse mal y que la gente empiece a hacer conjeturas o divagaciones sobre cosas inexistentes.
Por propia experiencia, te digo que lo de la autocensura funciona un tiempo. Luego, o bien decides que para cuatro que te leen es mucho mejor decir todo lo que piensas, o te creas otro blog cuya dirección no das a nadie para poder escribir lo que verdaderamente te habría apetecido decir en el primero.
Yo voto por seguir escribiendo. Si la gente te juzga o te critica, quizás no deberían leer tu blog o no sería conveniente que te siguieras rodeando de ellos.
Besos

ninfasecreta dijo...

Querida Angel, yo opino como tú.

De hecho, este post es una declaración de principios y no me apetece esconderme, no me da la gana. El espíritu de la Ninfa es precisamente ése: ponerse el mundo por montera y ser libre tanto viviendo como escribiendo. Por eso, si a alguien le asustan mis letras, le asusto yo, si me juzga, no me interesa, si se pica, ajos come.

Esta Ninfa viaja con todo su equipaje y sus consecuencias y no le da la gana de esconderse aquí también. Faltaría más.

Me uno a los tuyos, nada de cobardías paralelas.

Muchos besos, guapa

ninfasecreta dijo...

Mi queridísimo, añoradísimo y siempre presente Luissi:

Hace tiempo que no tengo esas conversaciones que sólo contigo podía y mantener y con nadie más se darán. Esas por las que puedo ver, como si estuvieses a mi lado, cómo sonríes y asientes.

Bien sé que alguien como tú no juzga (soy yo bastante peor para eso)y, además, tú me conoces perfectamente, no te hace falta el blog para leer en mi corazón. Hemos compartido nuestras vidas de un modo inusual para el mundo.

Espero que me señales esos otros caminos, aún recordando a todos los que leen que el verdadero instigador de este blog fuiste tú, que lo creaste para mí con aquel "corta y pega" porque yo era demasiado terca como para ponerme en serio con ello.

Nuestro árbol brilla ahora en Madrid pero está un poco más solo que en nuestra ventosa Avenida de Ferrol. No dejó de brillar un sólo año gracias a tu ayuda incondicional, a tu apoyo, a tu cariño. Las mañanas de Reyes en que montabas juguetes con paciencia oriental no se repetirán.

Yo siento muchas veces que te he perdido pero, como eres más feliz, yo lo soy contigo.

Pero cuando sonríes y asientes como hoy, las lágrimas corren por mis mejillas y me recuerdan que no debo perder la fe, que todavía existes.

Gracias a ti. De los tres. Me alegro que hayas encontrado tu camino y quien te llene el corazón. Pocos lo merecen como tú.

Anónimo dijo...

grita ninfa,en tu nombre y en el mio,porque a mí quieren callarme, resulta molesto decirse como una misma es en vez de sser comparsa callada y dispensadora de silenciosos y redidos aplausos al pewrsonal que se cree con derecho a ser lo que a otros prohibe,y a criticar lo que no ve o usa ,y a ....me alargo....suscribo el cien por ciento de tus palabras