sábado, febrero 26, 2011

¿Por qué?

Tengo ardor de estómago. Creo que es nervioso. De haber perdido mi empleo lo más positivo ha sido la casi desaparición de mis episodios de ansiedad pero el saber que me siguen y me juzgan aún en mi espacio, creado por y para mi solaz y desahogo, más que inquietarme, me desconcierta.

No comprendo que, cuando uno no quiere saber de alguien, esté pendiente de lo que escribe esa persona. Si la razón es buscar nuevos motivos para rechazarme, ya no hacen falta. Si no puedes evitar tratar de saber quién soy y qué siento, habría que hacer un ejercicio interior para descubrir lo que quieres. Ya estoy fuera de tu vida, lo has logrado. Ya soy menos que nadie. ¿Te extraña o te enfada que no tenga buena opinión de ti? ¿Y por qué, si nunca te importó nada de lo que yo sintiese o pensase? ¿Qué te trae? ¿La curiosidad, el despecho... el enganche?

En más de una ocasión y a más gente les he dicho lo mismo: me aparto, sigo mi camino pero nadie va a taparme la boca en mi propia casa. Me desahogaré y diré lo que pienso y si esto sirve para llenarse de razones para no sentirse culpable o hacer aún más daño... tendré que asumirlo, aunque me consta que no es justo.

En cualquier caso, curiosamente, hace apenas dos meses alguien me dijo que me esperaba un giro vital muy grande y para bien. Algunas cosas se están recolocando y otras, aunque me cueste mucho llevarlas, empiezan a cobrar sentido. A pesar de que para ello se me haya partido literalmente el alma, espero que me aporten a medio plazo y crezca con ellas.

Yo merezco un amor de verdad, un trabajo de verdad, una vida de verdad y me llegará. Ya he pagado mucho como para que no me toque y estoy orgullosa de cómo he sabido amar cuando lo he hecho, aún cuando no me correspondieron. Siento lástima del otro porque no sabe querer, no a mí, a nadie, y eso a la larga crea un vacío que no se puede llenar con nada.

Ahora he recuperado mi coraza: estoy tranquila, no quiero enamorarme ni estoy predispuesta, no cierro las puertas a conocer a nadie, claro, pero recuperar la confianza en los hombres será complicado. Siempre he pecado de confiada, lo he repetido muchas veces y no voy a convertirme en una mujer celosa ahora, lo que está claro es que no me voy a dar así como así y que prefiero que se me gane paso a paso o ni siquiera eso. Quiero estar tranquila y que no me hagan más daño, he pagado un precio altísimo por darme una segunda oportunidad.

Si mis posos de dolor sirven como argumento para no cumplir con el pacto de ayuda, que Dios me ampare, pero creo que tengo derecho a sentirme y a expresarme como me dé la gana en mi casa. No hay ninguna razón para que la visites. Si no puedes evitarlo... empieza a preguntarte por qué. A mí la tuya no me interesa, ni tus amoríos, ni tus proyectos ni nada de lo que un día me dijiste que estabas compartiendo conmigo... mientras éramos multitud.

Ya no me hace daño pensarte pero sí me enfurece. Ha sido demasiado cruel de principio a fin, lamento que no te des cuenta y no te puedas poner en el lugar de los demás. Tampoco lo espero pero, ya que vienes a verme, aprovecha para mirar más allá de las letras y sacar algo en limpio para no hacer tanto daño a nadie más, para ser más humano y para imaginar (por fortuna para ti jamás lo has vivido) lo que es para una persona sola y con dos criaturas como las tuyas, quedarse sin nada, aún cuando lo que tuviese fuese muy poco, en todos los sentidos.

Puedes opinar si quieres, o decir irónicamente en facebook que te gusta lo que escribo, yo pretendo pasar página pero mientras estemos en la calle -los tres- no podré dejar de sentirme mal cada vez que te piense ni desear haber cerrado la puerta a tiempo.

No vengas a hacerte mala sangre, no vale la pena. Mi rencor pasará y vendrá la indiferencia, mi sentimiento favorito. Tú ya la sientes -creo- así que podrás entenderlo perfectamente.

Mientras, sigo siendo demoledoramente humana. Qué le vamos a hacer.

4 comentarios:

Javi dijo...

Hola Ninfa, tantos frentes abiertos...
Al menos espero que algun día puedas poner con todo el sentido esta canción. (y lo mismo me lo aplico yo)
Estopa y Ana Belen "Ya no me acuerdo"

Te sigo leyendo.

ninfasecreta dijo...

Sí, hasta para olvidar y patalear tienen que dejarle a uno... También estás en trance tú? Lo lamento, no estoy muy positiva para aportarte demasiado pero me alegra tu visita cada día.

Un beso

Ana Malpica dijo...

Esa gente abunda en este mundo y qué daño hacen sin razón. Abrazo!

David dijo...

Hola Ninfa...

Un placer leerte...

Te sigo...

Nos leemos

Saludos