Te sueño y te resueño. Por más que peleo en mi vida consciente contra tu recuerdo, en llenarla de ocupacioes que me gustan y me llenan, de que no me afecte pensarte ni rememorarte... mi subconsciete (el que dicen que es sabio) me mortifica, me despierta agotada de echarte de menos, de no creer ni entender (al igual que tú) tus razones.
Son tan intensos que abro los ojos amándote cada día más, llenos de añoranza, de desesperanza, de la tristeza del que no encuentra razones para tener que vivir este penar. Que el dolor permanece intacto y el amor crece, sin el menor sentido para mí, para ti y para el mundo.
Unos días me abrazas, me acunas, me aseguras que nuestra vida comienza y soy tan feliz que no se puede describir desde ese cinco por ciento de cerebro que apenas sabemos utilizar. Otros, esgrimes tus razones para no estar juntos, sufriendo conmigo, muriendo de ausencia y distancia conmigo.
Luego me despierto pero el dolor y la soledad permanecen. No puedo borrarte, estás tan dentro que observo, con pavor, que eres parte de mí y no puedo tenerte.
Me duele el alma de sentir que sigues teniendo poder para hacer que sangre. Me duele el corazón de no tenernos, de estar perdiendo la oportunidad, única, de nuestras vidas.
Me dueles, me dueles tanto...
4 comentarios:
Hola ninfa, me quedaría con todo lo escrito, pero me decanto por "..Luego me despierto pero el dolor y la soledad permanecen. No puedo borrarte, estás tan dentro que observo, con pavor, que eres parte de mí y no puedo tenerte. ", y en mi caso , .... que no querría tenerla otra vez, no compartiría mi cama con ella, ya no.
Besos ninfa, y te sigo leyendo
Querido Jav, gracias por tus palabras y por leerme. Aunque sé que me leen ya muchos visjos seguidores, los condenados no comentan. Tal vez por respeto o por apatía, no lo sé.
Me alegra por ti que ya no quieras tenerla otra vez. Ojalá yo estuviese libre de este yugo.
Un beso y bienvenido!
Querida Ninfa:
Sabes que estoy aquí, entrando cada día a acompañarte un rato, quizá de una extraña forma, pero vengo a diario.
Leo tu duelo. En silencio. Porque en los duelos hay poco que decir... al menos yo no encuentro las palabras. Ojalá pudiera encontrar las que te hicieran sentir mejor, las que te dieran el más cálido abrazo desde tan lejos como estoy. Pero por desgracia, no sé cuáles son, Ninfa. Ojalá lo supiera porque me faltaría el tiempo para dejártelas aquí.
Un beso, preciosa.
Gracias querida Orquídea:
Ya sé que estás ahí, lástima de tanta distancia.. Pero es cierto, no hay palabras, los duelos son interminables... hasta que terminan...
Un beso enorme
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