sábado, abril 04, 2009

¿Dentro o fuera?

Me he propuesto dejar de hablar de mí misma en el blog. Lo prometo. Pero cuando intento pensar en escribir, me resulta mucho más fácil destilar pensamientos.

He sido periodista muchos años. Estoy acostumbrada a escribir asépticamente, a opinar más o menos apasionadamente pero siempre guardando la distancia profesional. Pretendía escribir en un formato crónica. Sin embargo, pensar en tratar temas de forma generalista choca con esta etapa de introspección casi permanente.

No sé por qué soy tan desproporcionadamente reflexiva. Tal vez sea la edad, el exceso de tiempo libre o ese punto de soledad que nos hace a algunos buscarnos por todos los rincones de nuestra piel pretendiendo, quizá, descubrir que somos tan autosuficientes que estamos dispuestos a pasar el resto de nuestras vidas sin compañero.

En este nuevo siglo, donde se premia el no sentir, todos parecemos trabajar en nuestro posado de proselitismo de la libertad, a tal punto, que somos esclavos de ella.

A mí me gustaría creer que lo que tengo llena mi vida, una vida que si bien no está ni mucho menos vacía, podría estar muchísimo más llena. Y no tiene que llenarla nadie. Sólo tienen que permitirme dejarles pasar a mi corazón. Sólo tengo que permitirme elegir personas adecuadas y no posibles/imposibles. Sólo tengo que dejar de ser yo misma.

Así que sigo mirando dentro, desmenuzando mis secretos, mis pecados, mis amores, mis pasiones. Pero no puedo evitar tener miedo de rendirme, de claudicar, de perderme la vida.

Y no es que no quiera salir es que no pinto nada fuera.

4 comentarios:

Sherezade dijo...

Para no perderte la vida, necesitas tiempo y tener ganas de asumir el desafía de vivirla.

Besos.

Félix Amador dijo...

Salir, salir... un día te sales de ti misma.

¿No tienes a veces la sensación de que no eres tú misma, de que la vida se mueve como en una película y estás interpretando el papel de otro?

Un beso.

ninfasecreta dijo...

Jajaja! Yoo?? No, Félix, yo jamás interpreto y eso lo sabe bien quien me conoce, para bien y para mal.

Por otro lado, mi vida es demasiado intensa (a veces a mi pesar, otras no tanto) como para verla pasar y no participar en ella tal cual soy. Mi singularidad es mi virtud y mi cruz.

Otro besito

Helena de Troya dijo...

Hola!! Pasate por mi blog, tengo un regalito para tí
Besos