jueves, abril 28, 2011

Una de rupturas

Es curioso esto de las rupturas. Cuando comienzas una relación -o algo parecido- con alguien, todo es precioso. Venga piropos, venga cariñitos, eres la más inteligente, la más dulce, la más sexy, las más tierna, la más honesta... y, cuando todo acaba... ¡Que empiecen los juegos!

En mi ya, me temo, larga trayectoria (no sé si decir amorosa, digamos, más bien, de relaciones varias) he vivido y padecido de todo. Depende también de quién tome la decisión de terminar y por qué, claro está.

Hay varios tipos: el Despechado, el Comprensivo, el Enamorado y el Culpable. Bueno, estoy segura de que existen muchísimos más pero de algún modo tendremos que resumirlo.

El Despechado no asume la ruptura. Primero se enfada, luego llora, después suplica y, por último, procede a ponerte a parir allá por donde va. De ser el amor de su vida a ser una guarra, pasando por no importarle un bledo hasta convertirte en nadie, todo es uno. Ventaja: normalmente, te la trae al pairo porque a ti esa persona no te intersa pero, sinceramente, mucho mejor sería acabar educadamente, al menos.

El Comprensivo puede ir (o no) de la mano del enamorado. Puede mostrarse amable y nada beligerante porque la ausencia de sentimientos es mutua o porque de verdad te quiere y, cosa poco frecuente pero posible -yo conozco a más de uno-, es un caballero. En caso de estar enamorado puede que tropecéis alguna vez más y si no es así hasta os podréis ir de vinos. El final perfecto.

Pocas veces los finales son agradables pero los peores, sin duda, son los que se alargan y se alargan... Así que pasas de estar enamorada a estar tristísima, luego enfadadísima, después desilusionadísima y, finalmente, hasta las pelotas, con perdón.

Y es que prolongar una ruptura saca lo peor de cada cual, especialmente cuando nadie quiere apechugar con su parte de culpa y siente la necesidad de quedar bien a ultranza. Y yo me pregunto... ¿Qué más da? Pongamos que la has cagado (tú o él), que uno ha sufrido y el otro no, que como no ha sufrido no quiere sentirse responsable del dolor ajeno... Pues vale, quítate de en medio y no machaques a tu víctima. Pero no, esto no es así. Estoy hablando, claro está, del Culpable.

Al Culpable no le gusta serlo. Le gusta parecer bueno, aunque no tenga interés en pasar el trabajo de ejercer como tal. Cree firmemente que lo es: niño malcriado y adorado, desconoce lo que es el sufrimiento por rechazo ni tener que ganarse el cariño de las personas con méritos y no regalos. Si se cansa de su juguete, echa cuentas del dinero invertido en su víctima y se reconforta pensando en lo estupendo que ha sido porque le ha comprado una tele, le ha pagado una factura y ha cambiado amor por dinero. De ahí a la frase: " Me he portado de putísima madre contigo porque te he comprado esto, esto y esto"  hay un paso. Y de ese paso a los insultos (mutuos), menos todavía.

Y es que para el que valora la compañía por números, lo que se le da en especie -léase amor (ya lo sé, qué tontería...), cuidados, atención, las puertas de tu casa, tu familia, tus amigos, apoyo incondicional, sinceridad, lealtad, fidelidad, sensualidad, paciencia, caricias y toda suerte de inutilidades que carecen de valor alguno porque no están en venta - el otro no ha dado nada, no merece nada y todos los cuernos, mentiras, humillaciones, manipulaciones y maltratos psicológicos infligidos al muerto de hambre que no hace regalos caros, no tienen importancia alguna. Es más, jamás han tenido lugar. No recuerda nada. Amnesia.

De pronto, eres una persona rastrera porque te permites pensar mal del que traiciona y por reclamar que cumpla sus promesas. Para él, eso y expresarte libremente por escrito, es ser lo peor. Y se sorprende de que, cuando viene a por más, reciba. Culpables, no vamos a ser estúpidas eternamente.

Nosotras también sabemos odiar o, aún peor, ni eso. Y hacer daño, sí, para defender lo que más queremos.

Los Culpables lastiman, deforman la realidad, faltan al respeto e insultan sólo para no querer ver quiénes son. Y ahora resulta que la parte apaleada tiene que aceptar sin rechistar insultos, vejaciones para que se sientan mejor. Pero no se sienten mejor. Y sí, rechistamos.

Es lo que tiene la mierda. Por mucho que te tapes los ojos, por mucho que mires a otro lado, salpica.

Y huele. Más aún, APESTA.

(Y puesto que soy digna de toda clase de insultos y considerada la peor persona de la faz de la Tierra, me permito colgar esta canción que tan bien resume las "virtudes" del Culpable que, con un masoquismo inexplicable, viene raudo a leer aquí).

10 comentarios:

Ana Malpica dijo...

Pues yo no sé. El amor de mi vida después de un año de amigos y una semana de novios me cortó y cuatro meses después empezó a salir con mi mejor amiga; ahora están casados desde hace 5 meses. Yo me marché desde el inicio pero aún...
vaaa me hiciste recordar.

ninfasecreta dijo...

Lo lamento. Es un final triste y la prueba de que hay necios y falsos por todas partes. Pasa página y se feliz. Un beso

Javi dijo...

Hola Ninfa, menudo análisis de experiencias sobre la conducta. Me parece interesantes tus reflexiones y en gran parte acertadas. Es mas, me veo encajada en alguna de ellas, pero solo en parte, que no es poco.

Un beso Ninfa,

ninfasecreta dijo...

Me alegra por ti que solo sea en parte. Yo siempre me he preciado de poder sentarme a la mesa con cualquiera que haya tenido una relación conmigo pero esta ultima es para olvidar en todos los sentidos porque fuera de la relación no hay un ser humano, no digo bueno o malo, simplemente no hay humanidad. Eso saca lo peor de mi y no me enorgullezco pero cuando se trata de proteger a mis niños no tengo problemas de arrepentimiento para convertirme en una víbora. Tu eres padre, seguro que lo entiendes. Seguiré dandote el coñázo para que vuelvas a la vida. No a la pareja, pero si a la vida, así tenga que ir a tu casa a sacarte por los pelos!! Un besazo

RKincaid dijo...

"Los psicópatas no pueden empatizar ni sentir remordimientos, por eso interactúan con las demás personas como si fuesen cualquier otro objeto, las utilizan para conseguir sus objetivos, la satisfacción de sus propios intereses. No necesariamente tienen que causar algún mal, pero si hacen algo en beneficio de alguien o de alguna causa aparentemente altruista es sólo por egoísmo, para su único y exclusivo beneficio."

Psicopatía en la wikipedia.

Un saludo

ninfasecreta dijo...

Perfecta definición ! Con ella, sobra todo mi post !!

Carlos dijo...

cada vez escribes mejor... has proyectado un sentimiento muy personal y le has dado el barniz de lo universal, de forma que cualquier lector se puede sentir identificado con lo que cuentas (a casi todos nos ha pasado), sin parecer un vómito de rabia ni una carta despechada. Siempre te leo. besos desde Brasil

Unknown dijo...

Hace tiempo que te leo Ninfa y...me ha decepcionado mucho verte caer de nuevo en la rabia y el rencor después del penúltimo de tus post...
de alguna manera, pensé que había recibido mis energias positivas, esas en las que te decía que el odio sólo afecta al que lo siente y nunca al odiado. Te decía que no pongas precio a tu vida y a la de tus hijos, porque no hay dinero que pague eso, y porque quien se pone precio tiene un nombre...
No ninfa, no caigas en la tentación de pedir..l.da un paso adelante, con la cabeza muy alta como sólo tú sabes y demuéstrale a él y al mundo que no le debes nada a nadie y que nadie es suficiente para ti, al menos él no.
Sé feliz como te mereces pero no lo hagas "gracias " a él...no merece la pena.
Si tanto daño te hizo, que lo hizo, dale en las narices ignorándole...nada ofende más que eso, te lo aseguro.
Yo ya lo sufrí y el día que le devolví todos y cada uno de sus regalos, ese día fui feliz y volví a dormir.
Animo! intenta olvidar a quien nunca debiste conocer...
un beso

ninfasecreta dijo...

Hola Carmen:

En primer lugar, decirte que no te ubico, es decir, no me doy cuenta de quién eres para haberte tomado como referencia vital a la hora de haber cargado de tus energías positivas y seguido tu ejemplo e, incluso, llegar a decepcionarte...

Obviamente, no comprendes que en este post no hay odio, hay justicia. No soy la clase de mujer que se deja humillar, insultar y despreciar con la boca cerrada y con una sonrisa dulce y sumisa. Esta entrada es fruto de una descomunal discusión con una persona (por llamarla de alguna manera) que me ha tratado como un despojo humano, me ha faltado al respeto de todos los modos posibles y, lo que es verdaderamente grave, ha manipulado y usado a mí y a mis hijos para sus propios fines. Como ha venido buscando gresca, ha recibido. La venganza es un plato que se sirve frío pero nada de su desprecio y sus insultos me quita el sueño porque donde hay odio, hay sentimiento y yo soy incapaz de sentir ni siquiera cariño por alguien a quien desprecio como ser humano.

Nadie que me conozca podría decir que yo me pongo un precio (entre otras cosas porque no hay un hombre sobre la faz de la Tierra que pudiese pagarlo) y mucho menos una desconocida como tú. Por lo que me respecta a mis hijos, me parece intolerable y una osadía que digas siqueira que yo les pongo precio en modo alguno porque siempre están al margen de este tipo de cosas y porque están muy por encima de cualquier individio, hombre o mujer, con los que yo me relacione.

En cuanto a que las personas que se ponen precio (no sé qué precio puedes decir que yo me he puesto pero si me lo pusiese, créeeme, sería incalculable) tienen un nombre... ten cuiado con lo que dices. Yo no tengo precio, valgo mucho más que ningún regalo de mierda de este mentecato ocualquier otro con el que haya estado y, me da que pensar tus alusiones con algún tipo de relación con él. Si tratas de llamarme puta, mi nivel siempre estaría por encima de este tipejo y de que alguien como tú pudieses ni llegar a intuirlo.

Ten cuidado con los nombres que pones, que se ponen muy alegremente y por nada y, quizás, esa etiqueta ya la lleves tú y por un quítame allá esos polvos con un par de pringados.

En cuanto a devolver regalos... Pues mira, yo precisamente con mi ex me reía de las pardillas qeu lo hacen... Porque al tipo le trae al pairo, no quiere unos pendientes para nada y yo tengo muy claro que si se me hace un regalo es ´MÍO y si tiene tan mala educación de tirármelo en cara, mayor motivo para no devolverlo. Tampoco sem e ocurriría reclamar los qeu yo hice. Eso es de los años 50: devolver cartas y regalos y yo no estoy tan anticuada...

Duermo perfectamente y muy feliz con mis regalitos que me he ganado dando amor, regalos y recibiendo cuernos y mentiras. No tengo rencor ni odio porque no me queda amor pero no se me ocurriría, ni loca, calificar ni insultar a nadie que hubiese pasado por mi situación y, mucho menos, tener la osadía de decir qeu he puesto precioa mis hijos o insinuar que soy una fulana.

Mide tus palabras.

Un saludito

Unknown dijo...

mis disculpas...no pretendia ofender, pero tu historia me trae tantos recuerdos...
te mereces lo mejor, seguro que pronto lo encontraras.