He estado en una de mis tradicionales charlas “ninfapordentroysusproblemas” con mi ángel de la guarda. Hacía tiempo que no entrábamos en mis divagaciones y reconozco que echaba de menos sus teorías psicoanalíticas aplicadas a mi extraña existencia.
Hablábamos de mi corazón, para variar, porque él lo conoce a aquél y a mí muy bien, probablemente mejor que nadie. Y, por supuesto, retomamos un tema que ha sido siempre estrella en mi blog y que tengo abandonado. ¿Cuál? ¿Cuál va a ser? Los hombres y su extraño mundo.
Me hizo una serie de apreciaciones mi ángel que, como es habitual, me hicieron pensar. Opinaba que el motivo de mi dificultad para encontrar alguien con quien encajar tiene relación con que soy, usando sus palabras literalmente, “demasiado real”.
Ahí me quedé perdida. “¿Es porque la gente no es como parece y yo sí?” _pregunto_. “Sí y no”, me dice. Sí es cierto que soy quien parezco pero L. afirma que los hombres que no saben lo que quieren pueden dedicarse a andar por ahí “probando”… hasta que se topan conmigo. Sigo sin entender. “¿Qué pasa entonces?” Según L. soy demasiado real para ellos en el sentido en que me descubro más que otra gente pero, sobre todo, porque soy “mucho” y, en cuanto se meten un poco, se dan cuenta de que no pueden seguir contándose historias. Y me salen por peteneras.
No sé exactamente qué quiere decir L. con mucho pero sí es verdad que hay quien dice que una mujer “muy mujer” asusta, se teme no estar a la altura, engancharse menos que ella, sentirse descubierto. Así que ser ” real y mucho” no sólo no es ninguna ventaja sino que es un grave defecto. Ahí es cuando me replanteo el haber aparcado un poco mi armadura. Tal vez debería retomarla pero, como bien señaló mi ángel, hace mucho tiempo que no estoy cómoda con ella aunque nunca haya dejado de pensar que la necesito.
Y pienso que sin mi coraza ha ido peor. Que tendría que ser más fría, volver a ser distante, más inaccesible porque con mi armadura tenía la excusa de que lo que aterraba a los hombres de mí era que yo misma los alejaba. Pero ahora resulta que es lo que soy lo que les aleja. Y eso sí que es triste.
No hace mucho L. me dedicó un párrafo de un libro que, según sus palabras, le recordó a mí. Decía así: “También hay personas que sobrepasan las emociones de los demás, que por más de ser humanas, las emociones no se dan en todos por igual y hay quien anda toda la vida con las emociones desbordadas. A mí me han gustado siempre esas personas sensibles y emotivas, y mucho me enoja que otros les afeen que tanto y tan fuerte rían o que tanto y tan a menudo lloren… “.
¿Será eso? ¿Será que por llevar mis emociones a flor de piel, de modo tan intenso, vivo desbordada por ellas? ¿Será ese poso de frialdad y pragmatismo que me falta para ser ese tipo de mujer que un hombre elige…?
No lo sé. Lo único que tengo claro es que, aunque me he enfundado parte de mi armadura de nuevo, es a mi pesar y creo que soy mejor cuando mis emociones se dan por demás. Y si no hay nadie que pueda apreciarlo y disfrutarlo, tal vez es que…
…mi reino no es de este mundo.
10 comentarios:
Pues no estoy de acuerdo con tu ángel de la guarda. No eres demasiado real, lo eres en la medida justa para el hombre apropiado, y tan mujer como el mismo desea. Si tu reino no es de este mundo, es posible que el aspirante al trono tampoco lo sea, pues, en efecto, hay otros mundos... pero recuerda siempre que están en este.
Besos reales.
Totalmente de acierdo con lover, eres tú, una esencia por descubrir y reina de un mundo maravilloso, que seguro algún dia alguién descubrirá, conquistará , para quedarse para siempre...
Un abrazo, amiga
me ha encantado el comentario de loverfriend, en serio, totalmente de acuerdo contigo, poco más que añadir que mejor ser real, siempre.....qué más da lo que ellos busquen...(yo me paso al otro lado a este paso :P la verdad...)
Yo también me haría lesbiana pero no puedo porque soy hombre ;D . Además, estoy convencido de que si hay hombres a los que no les asustan las mujeres de verdad. Yo concretamente me encuentro con uno en cada espejo que me cruzo. Tios que bajo una apariencia "normal" se salen de la norma. Un beso y buen viaje
La que ha sido mi segunda mujer se quejaba de que siempre había causado demasiado respeto a los hombres. Notaba sobre todo las inseguridades de ellos cuando se topaban con una mujer "tan mujer": inteligente, sofisticada, segura, y muy guapa. Yo me enamoré de ella tal como era, y debo reconocer que el hecho de que el sentimiento fuese recíproco supuso una reafirmación en mi seguridad en mí mismo -la típica chica aparentemente inaccesible se fija en un tipo del montón-.
Estoy convencido de que, como ya han comentado antes, hay más tíos capaces de "enfrentarse" a un mujerón sin amilanarse, de lo que pueda parecer.
En cualquier caso, tengo claro que es preferible que el motivo de la huida del cobarde de turno sea algo real que una fantasía.
Vaya peñazo :P
Besos (auténticos)
Gracias por tus bonitos comentarios, preciosa, disfruta de estos dias de descanso.
Un abrazo muy fuerte
Mi opinión personal, y como hombre, es la de que -Todos somos reales pero... escondemos esas "realidades" por motivos múltiples.
La realidad es que huir y no afrontar a esas mujeres, denota la inseguridad masculina ante su creencia de seguridad y superioridad de macho dominante, vamos que mujeres como tú insultan a su masculinidad y agreden su varonil status. Yo lo llamo inseguridad masculina, una mujer que deja ver sus sentimientos les hace ver sus propios sentimientos y eso no gusta.
Ese hombre existe, el tuyo, ¿dónde?- no lo sé, existe ¡¡seguro!! Pero el también te busca... LLEGARA.
Saludos guapa y ánimos, muchos ánimos "toda búsqueda comienza con pasos cortos así que... sigue caminando"
Yo tampoco estoy de acuerdo con tu ángel en que seas "demasiado real"
yo creo que lo eres en realidad es una Reina.
Besos, majestad de la escritura.
Me da igual de dónde sea. Vuelve.
Y con buenas noticias, que estamos aquí con una sonrisa envuelta en papel de regalo para ti.
Besos.
Publicar un comentario