Tengo mi espacio _cada vez menos privado- abandonado. No es por falta de ganas, escribir es una catarsis placentera para mí, lo que no me sobra es tiempo. Un tiempo, por demás, cambiante, curioso, sorprendente.
Es lo que tiene el verano. De pronto, vivo reencuentros insospechados, llamadas de números desaparecidos de mi listín (siempre había pensado que la gente miraba atrás en su agenda pasado el verano, época de renovación, faldas cortas y cachondeo fácil y… resulta que este año parece que no). Y no una ni dos, señores.
Una en concreto sí que ha sido el auténtico reaparecer de un fantasma del pasado. Siempre viví su marcha _obligada por motivos laborales_ como algo inevitable y con la resignación de quien recuerda un difunto: ese precioso ser que se ha muerto, guardas un recuerdo hermoso pero no sufres porque no ha vuelto porque sabes/crees que nunca volverá a cruzarse en tu camino.
Y de pronto, la tensión, sabores aparentemente olvidados que parecen no haberse ido nunca al volver a probarlos. Saben bien, no producen acidez, no guardas resquemores. Y empiezo a pensar en el destino y a preguntarme por qué le vuelve a traer a mi vida tan lejos, en otra ciudad, en otra vida. Sospecho que, como siempre, esa sinvergüenza _la vida_ me puteará un rato, me hará probar la miel y se la llevará de nuevo. Pero, ¡Qué diablos! Este paseo no se llena más que a base de momentos sabrosos, apasionados, tiernos, divertidos, emocionantes, curiosos, peligrosos. El resto es vegetar. Y yo no soy ningún vegetal.
Así que saborearé mis fantasmas del pasado, les daré alma por un tiempo y, como de costumbre, les dejaré ir sin mucha pena. Porque siempre sé que habrá otro y otro y otro… Nadie es imprescindible (especialmente yo) y el mar está lleno de peces.
Habrá quien considere esto disipación. Yo lo llamo pragmatismo. Por el momento, nunca tengo problemas para encontrar compañía de las características que me apetezcan. Así pues, aprovecharé todo lo que me dure ese momento y luego ya me meteré a monja carmelita. La experiencia me demuestra que, tras una ilusión, aparece un hombre-puente, una gran pasión o un entretenimiento. Lo que sea que me permite no añorar a nadie porque nadie lo merece. Tal vez encuentre algún día alguien que sí lo merezca _que lo dudo_ pero creo que ya estoy lo bastante blindada como para que el luto dure lo que me duran todos: una semana, más o menos…
Ahora, mis esfuerzos se concentran en encontrar un piso, lograr una mejora salarial y recibir algún mensaje que me haga latir el corazón…
Para no olvidar que lo conservo aunque sea con armadura.
9 comentarios:
"Para no olvidar que lo conservo aunque sea con armadura".
Está muy bien que lo protejas. Si ya ha resultado herido algunas veces es mejor que esté lejos de los peligros; incluso puedes usar uno falso para los juegos más "livianos".
Si llega alguien diferente, alguno de esos escasos hombres que merecen que se les añore, él sabrá que lo que ve es falso, que el verdadero está escondido. Y quizás se empeñe en buscarlo, revolviendo tu interior, apartando miedos y telarañas hasta encontrar tu corazoncito dentro de su armadura.
Y tu harás una última negación:
-"De acuerdo, lo has encontrado, ese es el verdadero,pero es igual, no te abriré, no quiero, nunca te daré la llave, es inútil tu esfuerzo".
Y él te abrazará tiernamente y te hablará al oido:
-"Ninfa, no hace falta que me des la llave. La tengo yo. Siempre la he tenido".
MAOHI:
No tengo nada que decir más que:
Ojalá tengas razón, querido Maohi...
Eres compleja, pero escondida detrás de ese laberinto de palabras parece que se adivina una niña.
Ya sabes que me interesa tu experiencia madrileña y tu trabajo(y también la niña escondida). Paso las mañanas escribiendo. No soy muy recomendable y mis mejores años quedan lejos, pero si algún día me necesitas asómate a maohi1968@hotmail.
allí estaré.
Un beso Ninfa. Supongo que el viernes nos cruzaremos en la t4.
:)
Me encanta tu forma de escribir, tan desparpajada y sobre todo realista, me identifique con tu post, bien por guardar muy bien tu corazón, el que de verdad se lo merezca tendrá la llave para poder abrirlo, por lo pronto vive la vida y lo que ella te de ninfa.
Saluditos desde México... Ssy
Nunca he entendido esta frasecita. La repiten una y otra vez en el mismo contexto. Y es precisamente en ese contexto donde la frasecita de marras no es apropiada. Cuando una chica te deja dicen: “No te preocupes, HAY MÁS PECES EN EL MAR” Y a mí qué me importa que haya más peces: Yo precisamente lloro porque he perdido a un pez concreto.
Sin embargo, la frasecita es la que encierra la verdad.
A mí no me gusta llorar ya por ningún pez. La frase me recuerda que, como el que podría hacerme llorar, habrá más y olvidaré y volveré a sentir. Y si sale mal, es lo mismo, volveré a sentir. No como una dulce niña que cree en el amor eterno pero sí disfrutando de la vida que es, al fin la tarea que hemos de priorizar.
Te veo en tu salsa, Maestro.
Ninfa: un beso (y otro abrazo para el maestro: no va a ser menos).
Al cabo, uno entiende que es inútil universalizar conceptos, como para uniformar afectos y sentimientos. La historia de cada uno posiblemente le respalda y hay cientos de metáforas que, como la del post anterior y sus camisetas personalizadas, se adecúan a nuestra particular idiosincrasia.
Yo me quedo con Saint Exupéry y su rosa "domesticada", aunque tampoco me parece mal que para ti todas las rosas... sean similares.
Un beso.
Lo sé, es un atraco, pero tenía que proponer a ocho incautos para continuar el meme. En mi blog las instrucciones (Meme. Las ocho confesiones).
Un besote, preciosa.
Publicar un comentario