miércoles, agosto 03, 2011

Regalos para la Ninfa cazadora

Salió tarde. La fiesta más monumental de año. Llevaba años rehuyéndola, ya las multitudes no le hacen la misma gracia. Pero ese día las alas mandaban y la sacaron en volandas a pesar del terrible atasco, la pereza, los miles y miles de personas deambulando en busca de diversión en el Día Grande de la ciudad.

Se perdió entre ellos sin expectativas, sin buscar nada. Sólo dejar de golpearse las alas contra las paredes, aletear fuera un poco,desplegarse en su esplendor, sin pudores, como antaño.

La llevaron a un local conocido, amable por su música, por las grandes noches compartidas con amigas, con amantes, con amores... Entró sin ver, derecha a la barra, tenía sed. Una copa, un sorbo y media vuelta. Y ya no pudo ver nada más. La larga melena negra de mataora, los labios rojos, su legendaria mirada pícara y ardiente y la llegada de Diana tomaron el mando al descubrir aquella deslumbrante y perfecta sonrisa, adornada por unas facciones perfectas y unos ojos verdes brillantes como esmeraldas.

La amazona visualizó las cualidades de su presa perfecta: máximo 30 años, cuerpo perfectamente modelado por el deporte, bellísimo, educado y elegante. Una pieza irresistible. Un hombre en plenitud que tampoco podía apartar la vista de la Ninfa. La suerte estaba echada.

"No sigas mirándome así, ¿No ves que se me cae la baba?", espetó la Ninfa pecadora, aprovechando que un sorbo de la copa se escurría por su barbilla. Y la noche se acabó. O empezó. Pocos pueden decir que no cuando ella toma las riendas y se muestra en todo su esplendor.

Una noche y una mañana perfecta para una criatura de la naturaleza que ha recordado que, como buena náyade, no tiene necesidad alguna de permitir que su cuerpo sea ensuciado por hombres ya decadentes, algo fofos, creyendo que va a hallar madurez donde sólo hay inseguridad y egocentrismo.

Probablemente esos mismos defectos estén en hombres más jóvenes pero... son más bellos, sus cuerpos son perfectos, sus abdominales planos, su capacidad sexual acorde con las necesidades de una hembra en plenitud, son dulces, elegantes, saben apreciar a una mujer de verdad, son atentos, imaginativos y pueden repetir...

¿Para qué conformarse con los cuarentones? Esos, las Ninfas los dejan para las que buscan solucionarse la vida con hombres grises, como mujeres del montón, que tengan la casita recogida para recibir regalitos y les hagan sentirse seguros, con su aspecto gris, su sexo gris y sus abdominales... blandos.

Como su cerebro.

7 comentarios:

Javi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
La Orquídea dijo...

Hola, hermosa:

Me alegro mucho de leer que la Ninfa ha aflorado al menos por una noche; espero que no se oculte del todo y que poco a poco vuelva a dejarse ver y a hacer tus delicias y las de algún que otro afortunado noctámbulo de ojos verdes :)

Y es que hay que cambiar de tercio... entiendo que este sitio, igual que el mío, es un buen lugar para desahogarse, pero a veces hay que hacer un esfuerzo para salir de los temas negativo-recursivos que nos roban el presente y nos empañan el futuro. Quizá esto me lo digo más a mí misma que a ti, porque últimamente estoy cogiendo la mala costumbre de sabotearme en lugar de disfrutar este momento de mi vida. Ya ves, atontada que es una.

Muchas gracias por haber escrito esto y haberlo compartido, y de verdad, espero que puedas repetirlo con una cierta frecuencia ;)

Un besazo, Ninfa.

ninfasecreta dijo...

Querido Javi... entreveo una crítica? Claro que Ninfa es mucho más que lo cuento en mi post pero también es, ese día y en aquel momento, lo que cuento en este post. ¿Deduzco que no te gusta que una Ninfa sea libre para disfrutar de su cuerpo sin reparos y, después, olvidar sin los mismos a un ave de paso? ¿Que estar sola no la convierta en una estatua de sal?
Tú que deberías conocerme un poco, moralizas conmigo... mi querido y preferido Javier...?

ninfasecreta dijo...

Querida Orquídea:
´
Sí reina, hay que cambiar de tercio... Y dejarse ir de vez en cuando. Es curioso, qué rápido juzga todo el mundo, ahora voy a escribir un post aclarando un par de cosas, porque me ha escrito una amiga diciéndome que ésa no soy yo... que hay despecho, que está dirigido a hombres del pasado... No, hombre, no. La Ninfa no es toda yo, pero es libre y lúdica y hace lo que le da la gana y cuando toma el teclado tb dice lo que le da la gana. Y punto.

Y sí, deja de autosabotearte, pedorra. Cuando pienses qeu te falta algo, me llamas, y te cuento mi vida. Verás cómo te sube la moral, tontuela. Disfruta, disfruta, disfruta, que lo tienes tooodo. No mires lo que te falta y sé feliz con lo mucho que tienes. Todo no puede ser pero estás cerca. Sé agradecida con tu vida actual. Hace unos años ni soñarías con ella. Yo me alegro mucho por tu vida y por ti.

Un beso enorme.

angelos dijo...

Queridisima Ninfa. La carne es debil. ¿Porque iba a ser la tuya diferente?

Aunque, no es por joder la marrana, pero como cuarenton te dire que si bien, nuestros abdominales son bastante menos firmes si son infinitamente mas confortables.......
jajaja

Besos

ninfasecreta dijo...

Querido angelos:

Estoy segura q los abdominales blandos de un buen hombre q me ame serian mucho mas confortables pero los buenos están casados... Y no conozco a ninguno q me ame, así que... Dime, que elegirías tu en mis circunstancias? Besoss

angelos dijo...

¿Si puede uno comer en un tres estrellas Michelin, para que quedarse en la tasca de la esquina?

Pos eso...


Besos