Mientras en toda España padecen y disfrutan de la nieve a partes iguales, aquí seguimos con nuestra infame y característica lluvia infernal. Cubos y cubos de agua, señores, un viento del demonio y el cielo permanentemente gris. Un asco, resumiendo.
Hemos tenido cuatro o cinco días sin llover (eso en Santiago de Compostela es algo a reseñar en los periódicos y no es broma), me empezaba yo a conformar con mis piedras y, ¡zas! Venga agua a raudales. Están hartos hasta los militantes de las precipitaciones acuáticas, que aquí los hay, aunque parezca mentira, igual que las meigas.
Así que, con tanta humedad y frío se agradece la calidez de uno de mis lectores favoritos y entrañables. Es bonito que alguien te encuentre en la red y te diga: "Hola, queridísima Ninfa". Más aún que ha tenido un día penoso y que se le ha arreglado por compartir unas palabritas conmigo. Sé que suena vanidoso pero, de veras, no lo es. Estas pequeñas cosas y esas grandes personas son las que me reconcilian con la vida de vez en cuando, habida cuenta de la extraña relación que la susodicha y yo mantenemos.
Nos hemos puesto a hablar de relaciones, de sexo, qué sé yo. Parece ser que todo el mundo está de acuerdo en que tener pareja estable y mantener unas relaciones sexuales activas y satisfactorias al cabo de los años son situaciones antagónicas.
A mí me hace ilusión pensar que eso no me pasaría a mí pero no puedo probarlo. En la relación estable y larga que tuve la situación (extremadamente complicada) que existía nunca me permitió aclarar este punto. Sí sé que soy una persona sexualmente muy activa -de hecho, me he encontrado a hombres bastante más paraditos que yo...- y que me gustaría creer que, no por el hecho de tener estabilidad algún día, la pasión se irá al carajo y me dolerá (aún más) la cabeza.
Igual estoy equivocada pero sigo creyendo que, trabajando la relación, el deseo no tiene que desaparecer. Es verdad que no vas a estar permanentemente en el estado de estupidez transitoria y calentorra de los inicios pero... ¿Por qué no un sosegado y tranquilo amor, complicidad y un bien alimentado sexo?
Las parejas de largo recorrido suelen decir que todo lo del comienzo es una mera reacción química y que luego todo eso se queda en nada, en costumbre y desgana. Soy consciente de que esto es así en la mayoría de los casos, como también de que muchas mujeres, al ser madres, cambian un amor por otro, un placer por otro, y aparcan a su hombre. Un grave error muy extendido.
Luego están los hombres que se aguantan -la mayoría-, los que se buscan la vida fuera (muchos) y los que ni ganas tienen ya (al menos con su mujer). Tristemente ahí cojeamos más las mujeres. Tengo muchos amigos con parejas absolutamente pasivas o, inactivas directamente, que ni echan de menos el sexo ni se dan cuenta de que la muerte del amor viene de la mano de la ausencia del deseo, del contacto, de las caricias.
No sé, a mí lo que me pasa cuando paso mucho tiempo sin tener relaciones es que me pongo de muy mal humor, me duele más la cabeza y estoy hasta deprimida. Una cruz ser tan pasional. Me comporto como lo que vulgarmente se dice de la que está "malfollá" aunque eso sí que no. A lo sumo, llego a ser una "sinfollá" pero los malos folladores los quiero lejos de mi vista y mi cuerpo... Yo misma me aplico la expresión vulgar de "ésa lo que necesita es un buen polvo...". Pues eso, yo ya me lo digo sola.
En fin, que es una lástima que los que tenéis amor no lo reguéis, que el sexo es como todo, hay que practicarlo como cualquier otro ejercicio o se pierde el hábito y que el sábado-sabadete puede ser cualquier día de la semana.
Mira tú en qué cosas me pongo a pensar yo con la lluvia...
En fin, siempre he sido una ninfa pecadora.
4 comentarios:
Hombre, despues de todo en algo estamos de acuerdo. No me extiendo más porque sería repetir lo que tú has dicho perfectamente. Creo que la gente se aburre porque basicamente no saben practicar el sexo si acaso la copulla y eso a la larga se vuelve monótono logicamente
Una relación en una casa con cuatro pilares, el sexo es uno de ellos pero no la única causa de naufragios. Y ni siquiera cuando pasa lo que describís (yo también estoy de acuerdo en que pasa) es un problema exclusivamente de técnica, sino es un problema de actitud, pero no afecta sólo al sexo.
Mucha gente actúa como si sus relaciones fueran una meta, un destino que se puede conseguir, que se puede alcanzar. Y cuando creen que lo hacen, cambian. Cambian porque ya han conseguido lo que creen que querían, cuando no han conseguido realmente nada
Una relación es un camino, sin principio ni fin (aunque las relaciones empiecen y acaben, nunca lo es porque el camino empiece o se acabe, sino porque lo perdemos), y aunque se pueden identificar etapas en ese camino, tampoco son lugares que se alcancen. Todo lo que necesita es que dos deseen andar, juntos y revueltos, creando el mismo camino. Porque sí, caminante, se hace camino al andar.
Totalmente de acuerdo con Luissi y contigo, Ninfa. Las relaciones y especialmente las de pareja no deberían darse por sentadas. Hay que cuidarlas, dedicarles tiempo y cariño. Y al sexo hay que darle la importancia que tiene, que es mucha. El sexo es una estupenda manera de compartir afectividad, intimidad, contacto y caricias, además de dar rienda suelta al deseo y al disfrute, que también nos gusta y mucho.
Lo malo es que olvidamos fácilmente todo eso y entramos en una rutina demoledora. Y claro, eso no hay relación que lo aguante, salvo los que siguen por inercia.
En fin, que suscribo todas y cada una de vuestras palabras.
Un beso.
Hola Ninfa, paso a desearte unas felices fiestas navideñas.
Quizá los Reyes Magos sean más pasionales de lo que parecen y te dejen un buen regalito... ^^
Un abrazo.
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