"Eres la mejor".
Ésta es la gratificante frase que me regaló mi pequeño roedor de siete años tras "solucionar" el escaso criterio de su colegio al no celebrar Halloween con una pequeña fiesta de disfraces. Las palabras de mi niño son un regalo muy bienvenido y necesitado en tiempos de sequía personal y espiritual. No diría que es el primer hombre que me ha dicho estas palabras pero, sin duda, es el único que me importa que no ha salido corriendo poco después de haber tenido la osadía de pensarlo, decírmelo y morirse del susto acto seguido.
Llevo unos días dándole vueltas a la idea de dejar de escribir un tiempo. Ya sabéis que soy incapaz de hacerlo para siempre, al menos, aún no. Pero sí que siento que no transmito nada positivo, que me apago, que me falta ilusión y esperanza, como he señalado ya varios posts antes. Y reescribir la ausencia de ilusión es bastante penoso. Con contarlo una vez es suficiente.
Sigo siendo una extranjera en mi tierra, sigo añorando todo lo que no tengo, sigo deseando encontrarme y no sé cómo, desconozco los resortes para quererme en soledad, para no buscar la felicidad fuera de mí, para encontrarla dentro. Simplemente, intento aprender a hacer lo que otros hacen por mí: no pensar, aparcar sentimientos, cerrar puertas, hacer oídos sordos, no sentir...
No sé qué me ha impulsado a escribir. Supongo que es algo que no decido, como muchas otras circunstancias, simplemente es lo que me nace aunque no me consuele.
Es verdad, debería dejarlo un tiempo. Tal vez cuando llegue el tiempo del bienestar, si llega. O cuando pueda contar algo nuevo. O lo mismo, pero de modo diferente.
No sé. No puedo pensarlo hoy. Ya lo pensaré mañana.
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5 comentarios:
Puedes dejar de escribir aqui, sobre lo que te dictan las entrañas, y empezar a escribir en otro sitio, con entrañas prestadas. Sé que no le ves utilidad a ello, pero te recuerdo que nunca le viste la utilidad a escribir aquí y supongo que ya no puedes imaginarte sin haberlo hecho.
Prueba. Nada más. Sin buscar otra cosa que ver si hay otros aspectos curativos en ello.
Y a lo mejor, más tarde o más temprano, encuentras alguna posibilidad de que además, te ayude por otro lado ...
No lo hagas, compañera..quizá sea la única forma que tengamos de no sucumbir a la locura :)
No te conozco pero por lo que he visto me da la sensación de que necesitas escribir de cuando en cuando además se te da bien. A mi a veces me sirve de distracción para no pensar en los problemas del día a día.
Igual podías probar a escribir de otras cosas o inventarte pequeñas historias o comentar alguna chorrada de la actualidad. No sé igual te estoy diciendo una chorrada. Perdona. Un besín.
Lo importante es que nada se vuelva obligación. Excepto reir con tu niño...
Escribe solo cuando te apetezca o cuando lo necesites o cuando te lo pida el cuerpo o cuando te sientas con ganas de verdad.
Lo contrario es malo para todos. Para ti en particular.
Claro que aqui estamos esperando que el optimismo te invada con motivos y con justicia.
Un beso.
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